Un corazón gigante se llenó de corazones pequeños |
El pasado día 2 de mayo, nuestra
compañera y amiga, Carmen Garcés Fumanal, después de una larga batalla contra
el cáncer, nos dejaba para pasar “a la habitación de al lado” junto a Dios
Padre, tal y como decía San Agustín de Hipona en su oración “La muerte no es el
final”.
Y con la certeza de que Carmen ya
se encuentra en un lugar mejor, desde nuestra Cáritas quisimos organizar una
eucaristía para celebrar SU VIDA y dar gracias a Dios por todos los buenos
momentos que hemos vivido junto a ella, por la grandeza de su corazón, por su entusiasmo, por su creatividad, por su entrega...
La eucaristía tuvo lugar el
lunes, 13 de junio, a las 20 horas en la Iglesia del Corazón de María, su
parroquia. Allí familiares -su esposo e hijos, hermanos...- voluntarios y trabajadores de Cáritas y amigos de Carmen
llenamos el altar de colores, la iglesia de “cariñines” y nuestros corazones rebosaron palabras de gratitud.
El acompañamiento musical corrió
a cargo del coro parroquial de Sta. Gema. Desde nuestro blog nuestro más
sincero agradecimiento por lo bien que lo hicieron y por su total
disponibilidad.
La celebración estuvo presidida
por Gonzalo Gonzalvo Ezquerra, consiliario diocesano de nuestra Cáritas, y por
otros sacerdotes que conocían bien a Carmen y quisieron acompañarnos en este
día. Gonzalo habló de Carmen, recordó la gran persona que era, su entrega a su
trabajo, a Cáritas.
Al final de la celebración
Cristobal, su marido, agradeció a todos la asistencia y el inmenso amor que
tuvimos por Carmen. Nos emocionó escuchar a su hijo Andrés leer un capítulo del
libro de su madre “El cielo de la rosa”.
La emoción y las lágrimas
estuvieron muy presentes pero, sin duda alguna, la ternura y el cariño
inundaron la celebración convirtiéndola no en una despedida ‘al uso’ sino en un
verdadero homenaje a nuestra amiga Carmen. Y qué mejor homenaje que un corazón
gigante lleno de pequeños corazones con miles de ‘te quieros’. Y siempre
recordaremos la frase de San Agustín que escuchamos allí ese día “Os espero; no
estoy lejos, sólo al otro lado del camino”.
Gracias Carmen, por TANTO.