Al hilo del mensaje de nuestra campaña "Tu compromiso mejora el mundo", nuestro consiliario Gonzalo Gonzalvo Ezquerra ha querido trasmitirnos una reflexión acerca del compromiso.
El director de una de las Cáritas
diocesanas españolas recibía las felicitaciones por su nombramiento. Y
una persona le preguntó que cuánto cobraba por esto. Él le dijo que
nada, que lo hacía sin cobrar. El interlocutor le contestó: “Pero que
bueno es usted. Así tendría que haber muchos y el mundo sería mejor”. El
director comentó, que antes de decir la palabra “bueno”, se detuvo un
momento. Tal vez iba a decir en su lugar “tonto”, pero por educación, no
lo dijo.
Hay un refrán, que es la sabiduría popular en píldoras, que
dice: “Donde no hay ganancia, la pérdida está segura”. Y luego están
los malpensados que insinúan: “Pues algo sacará, porque si no, no
estaría ahí”.
Vivimos en la cultura de la “ganancia”, del “aprovecharse”. Un sacerdote amigo dice que la iglesia se llena cuando se da algo, aunque sea ceniza. Nos fijamos en las rebajas. “Mira lo que he comprado por este dinero”. “Oferta 2x1”. “Llévese dos y pague el de menos precio”. Y así podríamos seguir con frases publicitarias que todos conocemos como el famoso eslogan: “Yo no soy tonto”.
Y es que las matemáticas que mejor hemos aprendido son las de sumar y las de multiplicar. Y la resta y la división, bastante menos. Y en esto de la caridad y el compromiso prima la resta y la división, y no la suma y la multiplicación. Porque se conjuga el verbo compartir. Es el perder para ganar, lo que Jesús dice: “El que quiera salvar su vida la perderá; pero el que pierda su vida por mi causa, la hallará”. (Mt 16,25).
Pierdes tiempo, dinero, comodidad, descanso… pero ganas el que tu vida tenga sentido, la alegría de hacer el bien, más hermanos y hermanas, el ser prolongación del amor de Dios, asemejarte al “Maestro”, que pasó por la vida haciendo el bien…
Tu compromiso mejora el mundo, aunque te puedan decir “tonto”. No te importe.