El pasado 7 de marzo, en el monasterio de las Canonesas del Santo Sepulcro, y bajo el lema “Tejer hogar”, nos reunimos a rezar un grupo de 38 personas. Este encuentro de oración, organizado por las Canonesas y Cooperación Internacional de Cáritas Diocesana, nos convocaba a orar y a reflexionar sobre la casa como lugar familiar donde se viven y desarrollan valores. Se leyó un texto sobre las demoliciones de casas en Palestina y una compañera del Proyecto de Vivienda de Cáritas nos habló durante unos minutos sobre la situación de la vivienda en Zaragoza y los problemas que la crisis está acarreando en este momento.
Todos los asistentes, como una plegaria, pudimos escribir en una cartulina a modo de tejado, colocado en el centro del altar, aquellos valores que nos parecían los más importantes para “Tejer Hogar”: acogida, paz, solidaridad, comprensión, respeto, cariño, entrega y fuimos construyendo como un pequeño pueblo.
Terminamos rezando esta oración:
Dios mío bendice mi casa, para que sea el hogar del amor y de la paz.
Bendice la puerta abierta
como dos brazos extendidos que dan la bienvenida.
Bendice las ventanas que dejan entrar el sol a raudales cada mañana y por donde se asoman las estrellas que son luces de esperanza.
Bendice los muros que nos defienden del viento, del frío
y que son nuestros amigos en las horas que pasan.
Bendice nuestra mesa y los sitios de trabajo para que nos ayudes
y el lugar de reposo para que nos guardes.
Bendice el techo que cobija los afanes de hoy y los sueños de mañana y que guarda para siempre entre los vivos
la memoria sagrada de los que se han ido.
Bendice los sentimientos, las ternuras,
los anhelos que florecerán en nuestras vidas.
Bendice nuestros pensamientos para que sean puros,
las palabras para que sean rectas,
nuestros actos para que nos conduzcan hacia Tí.
Bendice nuestras horas de paz y de silencio,
para que fortalezcamos juntos nuestro espíritu.
Bendice nuestros dolores y alegrías
porque son el corazón de la familia.