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22 mayo, 2020

Una mirada a otra realidad: Tierra Santa (1)

Continuamos con nuestra serie de artículos sobre otros territorios, para conocer cómo viven estos tiempos de cuarentena, cómo cambia la vida en otros países y, sobre todo, cómo afectan esos cambios a las vidas de nuestros hermanos. Siempre desde la mirada de Cáritas de la Caridad Universal. Hoy les toca el turno a nuestros hermanos que viven en Tierra Santa, os dejamos el artículo de nuestro compañero, Carmelo. 

Cáritas Zaragoza lleva muchos años colaborando con Cáritas Jerusalén, situada en Palestina, en muchos temas: desarrollo social, agropecuario, salud, agua, mujeres y empleo, comercio justo o protección de tierras… También apoyamos la educación, colaborando con el colegio del Pilar, que gestionan las Hnas. del Calvario. Además, formamos parte de la bonita Iniciativa por la Paz (IPP) junto a otras diocesanas de nuestro país y junto a Cáritas Española. Fuimos fundadores (en tiempos de nuestra anterior técnico de cooperación: Mercedes Torrejón) junto a otras Cáritas que trabajaban desde principios de los 2000 en esas tierras sagradas que tuvieron la buena idea de juntarse, para compartir ideas comunes. Desde entonces participamos con reuniones esporádicas en Madrid, y trabajamos conjuntamente temas como el Comercio Justo, el Desarrollo, la Sensibilización y, una iniciativa muy especial, el campo de trabajo para jóvenes. Tal y como contamos también en este blog, en el año 2019 fueron dos jóvenes zaragozanos, Lidia y Manuel, que han pasado a formar parte de nuestro equipo de voluntarios de Cooperación. 


Contexto histórico 
Gracias a nuestra colaboración con Cáritas Jerusalén podemos contaros algunas cosas de la realidad de allá. El contexto habitual en el que viven nuestros hermanos palestinos es realmente complicado. Allí los cristianos suponen apenas el 1.8% de la población y ellos sufrieron también las consecuencias violentas de la Nakba (catástrofe) del 48- al escribir esto se conmemora los 72 años- y no pudieron recuperarse, como tantos otros palestinos. Hoy los cristianos tienen presencia de calidad en la autoridad palestina y en la sociedad civil, además de ser como Iglesia, una autoridad reflexiva y comprometida con su pueblo que vive bajo las reales dificultades de la ocupación israelí. Tras los acuerdos de Oslo en 1993, el Territorio Palestino se clasificó en tres zonas “políticas”. 

Para comprender bien todo esto, os recomiendo leer el documento cristiano “Kairos” que nos habla, desde la fe, la serenidad y la firmeza de la lucha por la paz, ante el “Pecado contra Dios que es la opresión” y donde se vislumbra la esperanza, aun en una situación como la que allí viven. 

La crisis sanitaria allí 
En la actualidad que nos ocupa, el 5 de marzo se detectaron los primeros casos de COVID-19; se dice que traído por peregrinos y por ello el Estado de Israel estableció medidas de cuarentena para los viajeros. En Jerusalén se podía salir a pasear en los alrededores de la vivienda y el confinamiento estaba además aderezado y animado por las protestas de activistas por la complicada situación política israelí, entre alianzas electorales, juicios y demás. 

En los territorios palestinos, la situación no ha sido tampoco fácil en esta emergencia. En Gaza, territorio golpeado continuamente, la situación sanitaria preocupaba especialmente. Cuentan con un sistema de salud colapsado totalmente. Hay que saber que la agencia de Naciones Unidas para los refugiados palestinos – UNRWA- enumera 8 los campamentos de refugiados, campos que albergan a más de 1.200.000 personas, es decir, más de la mitad del total que habita Gaza). 

Según un informe de NNUU de finales de abril hubo solamente 17 casos confirmados en esa zona. En cambio en Cisjordania se dieron más de 320 casos. El 22 de marzo entraron en confinamiento en Palestina, aunque con ciertas excepciones para el comercio. Por ejemplo, compañeros nuestros de Cáritas Jerusalén que viven en Cisjordania no podían pasar los férreos y desagradables “check point” para entrar en Jerusalén, sede de la Cáritas nacional y por tanto su lugar de trabajo. 


Nuestros proyectos 

En esta situación, los proyectos que apoyamos desde nuestra Cáritas junto a DGA, Ayuntamiento de Zaragoza y DPZ han estado paralizados. Sabemos que Cáritas Jerusalén ha apoyado a más de 500 familias con alimentos, pero nos trasladan que existe una preocupación profunda en varias áreas: en el campo por ejemplo por la producción y la tierra, en las ciudades por el turismo y el paro. La semana que viene os seguiré contando más cosas de allí, siempre desde nuestra dimensión universal, y en este caso en concreto con una mirada de peregrinos cristianos. 


“Nosotros creemos que nuestra tierra tiene una vocación universal. En esta visión de universalidad, el significado de las promesas, de la tierra, de la elección y del pueblo de Dios se amplía para incluir a toda la humanidad, empezando por los pueblos de esta tierra. La promesa de la tierra no fue nunca un programa político, sino una introducción a la salvación universal; fue el comienzo de la realización del Reino de Dios en la tierra”. 
(2.3) Documento Kairos Un momento de verdad. 2009 

Carmelo Crespo Zaldívar 
Técnico de Cooperación de CDZ

15 mayo, 2020

Una mirada a otra realidad: los refugiados

Continuamos con nuestra serie de artículos sobre otros territorios, para conocer cómo viven estos tiempos de cuarentena, cómo cambia la vida en otros países y, sobre todo, cómo afectan esos cambios a las vidas de nuestros hermanos. Siempre desde la mirada de Cáritas de la Caridad Universal. 

En estos tiempos complicados no queremos olvidar dos temas que nos preocupan y mucho: la migración y el refugio. Y es que muchas cosas se han detenido en este tiempo: las administraciones nacionales y por supuesto las fronteras. La situación ha provocado un descenso en la llegada de migrantes y por ende, de solicitantes de asilo. Vamos a profundizar sobre ello. 


Comenzamos con un dato evidente. En el periodo comprendido entre el 16 y el 22 de marzo, únicamente 25 personas solicitaron asilo, cuando la semana inmediatamente anterior lo habían solicitado 3.600. Cabe recordar que a diferencia de lo que se cree, en España la mayoría de las personas que recurren a esta solicitud proceden de Venezuela, Colombia o países centroamericanos que llegan, naturalmente, por avión. Es cierto que la vía de entrada por Canarias se ha mantenido activa (casi 700 personas en mes y medio). Pero si miramos las cifras del cómputo general del 2020, hasta el 30 de abril han llegado a España un 24% menos de migrantes que en el mismo periodo de 2019. Cierto es que la situación de la frontera Sur ha sido también complicada y diferente desde finales de marzo: confinamiento en Marruecos, cierre de fronteras en Senegal, Mauritania, Libia… Es como si el mundo, la movilidad y las gestiones se hubieran paralizado. Pero, ¿y los derechos? Y esto nos lleva a hablar de la situación de los refugiados en Grecia. 

Echemos un vistazo a Grecia y sus campos de refugiados. Un país que recibió, en todo el 2019 y enero de 2020: 78.000 personas. La gran mayoría de ellas está atrapada en las islas y esta cuarentena les llegó con una situación cuanto menos peculiar. Sigamos profundizando, a principios de marzo, Turquía -gran aliado y receptor de fondos de la UE- abrió el camino a la UE y Grecia desplegó sus antidisturbios en la frontera. Cabe preguntarnos: ¿por qué lo hizo Ankara? Seguramente fuera para recriminar a la UE que no le apoyara en su lucha contra el régimen de Damasco. Y en medio de las estrategias políticas, ¿qué pasa con las personas que buscan refugio y que huyen de la guerra y el hambre? 

En las islas se cerraron los campos de refugiados a cal y canto. Lesbos, la isla con mayor número de migrantes, contaba con 27.000 personas en sus campos. A ellas hay que añadir las más de 10.000 personas apiñadas en campos de Olivos, durmiendo bajo precarios techos. A estos hay que sumarles los 1.200 menores no acompañados que están en el campo de refugiados de Moria. Y en toda la isla se habla de que hay más de 4.000 menores solos. Conviene recordar en este punto que los Estados están obligados a respetar y a tomar medidas para que se respeten los derechos fundamentales de estos niños y jóvenes -por encima de su condición de migrante-. En la isla de Chios (isla al sur de Lesbos), el campo de refugiados multiplica por cinco su capacidad, imaginemos entonces las condiciones de vida en el mismo. Ante esto, la Unión Europea por el momento no va acoger a 1.600 menores en países del centro y del norte de su continente. 


¿Y en Cáritas? ¿Cómo trabajamos por los derechos de estas personas? Trabajamos en el terrero directamente, a través de nuestras Cáritas hermanas. En las islas, Cáritas Grecia, en este tiempo de confinamiento cuenta con una organización de “teletrabajo” ejemplar que proporciona apoyo laboral y legal, clases de griego e inglés, apoyo psicológico, apoyo escolar a menores vía WhatsApp, asesoramiento en temas del COVID-19, todo ello en diferentes idiomas. ¿Y a nivel Europeo? ¿Qué hace Cáritas? Nuestra entidad es entonces cuando pone en práctica una de sus principales misiones: la denuncia profética. A primeros de abril y junto a doscientas organizaciones lanzó una petición para reubicar a las personas que malviven en los campos. Era una reivindicación clara por la dignidad y los derechos de todas esas personas. La petición ponía de manifiesto que el hacinamiento no debería darse nunca, pero en tiempos de pandemia agravaba la situación aún más. 

Somos rotundos porque nuestra Doctrina Social es clara y como Iglesia mantenemos una postura de manos abiertas, de denuncia y de salvaguarda de la dignidad de cada persona. Como entidad confederal participamos en los foros de Cáritas Europa y Caritas Internationalis. En lo personal y comunitario, como cristianos, debemos mirar de frente la migración y ser capaces de acoger sinceramente abriendo el corazón al que huye, al diferente, al que busca acogida y aliento. Y debemos hacer nuestras las palabras que nos ha dicho el papa Francisco, nuestro pastor: acoger, proteger, promover e integrar. Cuatro verbos que no son optativos para los que formamos la Iglesia, son imperativos. 


“Cada ser humano es hijo de Dios. el emigrante y el refugiado no es un problema que debe ser afrontado, sino son un hermano y una hermana que deben ser acogidos, respetados y amados, una ocasión que la Providencia nos ofrece para contribuir a la construcción de una sociedad más justa, una democracia más plena, un país más solidario, un mundo más fraterno y una comunidad cristiana más abierta, de acuerdo con el evangelio”
 Papa Francisco, 2014. 

Gracias a nuestra compañera de Cáritas Española, Carmen Gómez de Barreda, por trasladarnos la información sobre la situación en las islas griegas. 

Carmelo Crespo Zaldívar 
Técnico Cooperación de CDZ 

08 mayo, 2020

Una mirada a otra realidad: Bolivia (2)


Continuamos con nuestra serie de artículos sobre otros territorios, para conocer cómo viven estos tiempos de cuarentena, cómo cambia la vida en otros países y, sobre todo, cómo afectan esos cambios a las vidas de nuestros hermanos. Siempre desde la mirada de Cáritas de la Caridad Universal. 

Hoy continuamos con Bolivia, y la labor que apoyamos desde Cáritas Zaragoza a través de la ONG K´Anchay y la Pastoral Social Cáritas Bolivia. En primer lugar, seguimos conociendo la situación de Bolivia durante esta crisis sanitaria. Han ascendido a medio centenar los muertos por COVID-19. Aunque los contagios no han crecido tanto. Las cifras oficiales hablas de unas 1000 personas infectadas. Mientras tanto, el gobierno boliviano negocia con el Banco Mundial la subida de la categoría del país a “renta media alta” con el objetivo de poder acceder a un tipo de créditos especiales. Pero a nosotros nos importa más “lo micro”. Los bolivianos de a pie siguen pensando cómo comer cada día, preocupación diaria incluso desde antes de la cuarentena. 



Cáritas Diocesana de Zaragoza trabaja intensamente en el departamento de Potosí, apoyando los internados que gestiona la ONGD K´Anchay y apoyando también los proyectos de seguridad alimentaria y agroecología de la Pastoral Social de Cáritas Potosí. 

Qachari es uno de los internados de K´Anchay y está en el municipio de Sacaca. Nos cuentan que las prácticas -que hicieron los alumnos en febrero en ese internado cultivando cebolla dulce en la huerta- han tenido como resultado el reparto de cebolla a los ancianos de la comunidad. Además de la crisis sanitaria, las familias campesinas están preparando los campos para sembrar la “papa” y los jóvenes continúan jugando al fútbol. Eso sí, los caminos de la comunidad están cerrados, lo que provoca un bloqueo a la entrada de personas y, por supuesto, de cosas. ¿Qué ha supuesto esto? Pues, por ejemplo, a primeros de marzo, estábamos construyendo cocinas nuevas en el internado y cómo ya no hay suministro de gas y se acerca el duro invierno y la alternativa de leña no da tiempo, pues se ha paralizado el tema. 

Otro asunto parado es el tema escolar. El gobierno suspendió las clases el 12 de marzo (en Bolivia el curso casi coincide con el año natural). Aquí hay más elementos que intervienen además del educativo (que saben que es una auténtica oportunidad) también el alimenticio: el internado garantiza durante todo el curso tres nutritivas comidas diarias. Todo eso parece básico, pero para muchas familias de allá es algo excepcional. 


Algo más al sur, en el mismo departamento de Potosí, el padre Marco y su equipo trabajan comprometidamente en la Pastoral Social Cáritas que ha montado un centro de recogida de alimentos. La Pastoral Social Cáritas Nacional cuenta con un pasado fuerte en el Área de Emergencias pero claramente debilitada desde 2016, donde las diocesanas se baten en primera línea. Además en la ciudad apoyan - gracias a la red Cáritas y a la solidaridad potosina- a familias venezolanas a quienes el confinamiento detuvo en la fría e imperial ciudad, a familias mineras que viven al día y que han visto sus ingresos reducidos a cero. 

Además, Tacobamba y Puna tenemos dos proyectos (apoyados por DGA y Ayuntamiento de Zaragoza, coordinados por Cáritas Española) que están actualmente paralizados donde se ve con preocupación, por ejemplo, el calendario agrario que no cesa. También aquí las comunidades están cerradas y se dio un fenómeno curioso: muchas familias que emigraron a Argentina, viendo lo que se avecinaba, volvieron a estas sus tierras de origen quechuas a confinarse. En estos lugares de economía puramente campesina hay mucha incertidumbre sobre el futuro. Tanto la Pastoral Social Cáritas como Cáritas Zaragoza acompañaremos de cerca la adaptación de los proyectos a la nueva realidad. Y es que en estas zonas viven los rostros campesinos e indígenas de la pobreza y necesitan de nuestro apoyo ayer, hoy y mañana. 


Agradecemos fraternalmente el trabajo e información de Padre Marco Abascal, Cintia Salazar y equipo de PSC Potosí así como de Guiller Cabrera y equipo de K´Anchay, con Robert Crespin al frente. 


“Mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres, atacando las causas de la inequidad, no se resolverán los problemas del Mundo”. 
Papa Francisco, EG/202. 

Carmelo Crespo Zaldivar 
Técnico de Cooperación de CDZ

16 abril, 2020

Una mirada a otra realidad: Urabá (Colombia)


En línea de lo que comentábamos el día 2 de abril en el artículo sobre la dimensión universal, en Cáritas debemos seguir creciendo en generosidad, cuidando a los de cerca y a los de lejos, como hermanos que somos. Así que hemos decidido comenzar hoy una serie de artículos sobre otros territorios, para conocer cómo viven estos tiempos de cuarentena, como cambia la vida en otros países y, sobre todo, cómo afectan esos cambios a las vidas de nuestros hermanos. Siempre desde la mirada de Cáritas, la Caridad universal. 

Hoy hablaremos de Colombia. Concretamente de Urabá. Es una región geográfica que incluye parte de los departamentos de Chocó (con el Tapón del Darién una zona selvática frontera con Panamá) Córdoba y Antioquia . Y para que os hagáis una idea solo en el departamento del Chocó el 80% de su población (según indica el INE Colombiano) no tiene cubiertas sus necesidades básicas y cuya población ha sido víctima histórica del conflicto armado. Pues en esa zona es donde precisamente trabaja la Pastoral Social Cáritas Apartadó.


 
Muchas comunidades indígenas en los ríos se sienten más seguros por la falta de contacto con otros durante la cuarentena, pero a la vez su ya débil seguridad alimentaria está más en peligro que nunca por la imposibilidad de comprar alimentos. Sin contar con que la violencia del conflicto armado no cesa. Y lo que vemos no sólo en estas zonas, sino en otras muchas en todo el planeta, es que este virus pone de manifiesto la desigualdad. En Urabá, miles de personas viven de la venta ambulante, personas que su subsistencia depende de ese ingreso diario y ahora se ve muy limitado. 

Nuestras fuentes de la Pastoral Social Cáritas Apartadó nos dicen que a simple vista parece que no ha afectado mucho, que sólo hay 4 casos confirmados en Apartadó ciudad, pero la realidad es que en una zona de más de 140.000 habitantes se han hecho 40 test. Las cifras oficiales sostienen que en toda Colombia –aproximadamente 50 millones de personas - hay solo 2.800 casos y apenas 110 fallecidos. Los datos hablan por sí mismos. 

No dejemos de mirar hacia los últimos, hacia los rostros de otros hermanos, de los de cerca y de los de lejos. Mantengamos la comunión con ellos y la esperanza en su tierra y su vida. Ese es el testimonio de Monseñor Hugo Torres y el Padre Leónidas Moreno de la Diócesis de Apartadó –ambos nos hubieran visitado en Zaragoza este próximo mes de mayo- y de todo su equipo. 


Nuestro más sincero agradecimiento a Pilar Plaza Queralt, coordinadora del equipo de PSC en Apartadó, por las facilidades y amabilidad para darnos la información que hemos compartido en este artículo

¡Hasta la próxima semana! 

Carmelo Crespo Zaldivar 
Técnico de Cooperación de CDZ

02 abril, 2020

Nuestra dimensión universal, también ahora

"Ninguna familia tiene que sentirse desamparada, ningún pueblo debe ser pesimista aún en medio de las crisis que parecen insolubles. Dios está en medio de nosotros" predicaba Monseñor Oscar Romero en la navidad de 1979. Y así debe ser. Es, en estos momentos, tan complicados en nuestra tierra, cuando debemos seguir volviendo nuestra vista a los pueblos y territorios más desfavorecidos. 

Cáritas, nuestra Cáritas, tiene siempre una visión universal. Nadie nos es ajeno. En este momento de sufrimiento en España, cuando nos sentimos en la incertidumbre y el dolor, cuando nos llega el miedo por nuestros ancianos y las gentes que sufren en los hospitales y cuando vemos la heroicidad de los cuidadores y se sigue atendiendo aquí, desde Cáritas, en necesidades básicas a los últimos, vemos el rostro de Cristo en la Cruz que nos encamina al Cristo resucitado y esperanzador. 


Juan XXIII dijo una vez:“Frente a los países subdesarrollados , la Iglesia se presenta tal como es: la Iglesia de todos y, particularmente, la Iglesia de los pobres”. Así es hoy también. Nuestras Cáritas hermanas, con las que trabajamos, siguen atendiendo y caminando con su gente. En este sentimiento fraterno, los compañeros y compañeras de aquellas Cáritas continúan, dentro de lo posible, también acompañando. 

Nos situamos en diferentes contextos, en países y territorios con mucha población que vive en una economía de subsistencia, economía familiar que depende del día a día, sin ninguna capacidad de ahorro y sin más ingresos o efectivo que el producto de la venta del día, de lo que se cargue en el mercado o de los billetes que se vendan para el microbús. También en lugares alejados donde el acceso es complejo y la presencia de Estado casi nula. Reflexionábamos en estos días con un sacerdote de una Cáritas hermana en América: ¿Cómo estarán viviendo ahora en esas comunidades de la Amazonia profunda o de los Andes inmensos? ¿Que será de esas pueblos en las periferias dentro de las periferias en Senegal, Colombia, Chad, Paraguay, Togo, Bolivia, Filipinas o Zimbabwe? Por seguir mirando alrededor, en Tierra Santa nuestros hermanos de Cáritas Jerusalén están prácticamente paralizados desde hace semanas, con los proyectos parados y con dificultades añadidas a las que tiene la población palestina en la movilidad habitual, además de la gran amenaza que es este virus para territorios, por ejemplo, como Gaza, con sistemas de salud ya saturados y graves dificultades humanitarias. O, más allá de lo geográfico y las situación económica y social de cada país, dramas añadidos como, por ejemplo, más de 50 migrantes venezolanos “atrapados “ en la ciudad de Potosí durante la cuarentena, sin dónde ir y sin nada- nada- que comer más allá de los que la Cáritas Potosí puede conseguir, limitada, a su vez, por los permisos especiales para circular y comprar alimentos. 
 
Con ese presente, ¿que será en el futuro inmediato? Los tiempos son extraños y la realidad cambiante. En una mera cuestión de tiempo, los calendarios de las cuarentenas también son distintos; cuando salgamos de la nuestra, tal vez otros países hermanos estén en lo más profundo de su crisis. Y, por añadidura, la crisis económica que vendrá en Europa, repercutirá sin duda en la cooperación y la capacidad- Dios no quiera la voluntad- de ser solidarios. Pero en Cáritas debemos seguir siéndolo desde nuestra cooperación fraterna y tras acoger y atender, seguir cuidando con generosidad. No debemos olvidar que aquí y allá estamos hermanados en esta crisis y en cualesquiera de las emergencias humanitarias que vengan. 


En esa realidad, nuestra mirada desde Cáritas Diocesana de Zaragoza- y desde la Confederación- no varía y nuestra dimensión universal de la caridad tampoco. Con fe, seguiremos acompañando y cuidando a los últimos de este mundo, aquí y allá, al prójimo cercano y al lejano, siguiendo a nuestras Cáritas hermanas que, en su testimonio, recorren aquellos caminos, internados, ríos, cárceles, barrios, escuelas y comunidades donde habitan los que dan razón a nuestra iglesia nazarena y son, también hoy, nuestra opción preferencial. Y acompañaremos desde la esperanza en una humanidad fraterna y en una Pascua liberadora. 

Carmelo Crespo Zaldívar
Técnico de Cooperación de CDZ

21 marzo, 2016

"El invierno en pausa" una mirada a Palestina

El pasado 17 de marzo el equipo de Cooperación Internacional de Cáritas Diocesana de Zaragoza fue invitado por la comunidad parroquial del Barrio de Santa Isabel para presentar el documental “El Invierno en Pausa” editado por Cáritas Española.


Este documental presenta una mirada al conflicto entre israelíes y palestinos a través de imágenes y testimonios de personas que trabajan por una paz justa y duradera en esa tierra. Se filmó durante la peregrinación institucional de un equipo de Cáritas Española a Tierra Santa dentro del marco de la “Iniciativa por la Paz”, para conocer la situación de dolor y esperanza en Palestina.

La “iniciativa por la Paz” de Cáritas es una propuesta de trabajo de ámbito confederal, animado por un grupo de Cáritas Diocesanas, entre ellas Zaragoza, que se desarrolla en coordinación con Cáritas Jerusalén. Pretende contribuir a mitigar el sufrimiento en Tierra Santa, desde nuestra opción por la paz y la justicia, y, también, ser una apuesta por la comunión con la que es nuestra Iglesia Madre.

Nuestro consiliario y párroco de Santa Isabel, Gonzalo Gonzalvo, introdujo la sesión planteando la misión que tenemos de trabajar la dimensión de la caridad universal y poniendo en valor el trabajo que desde hace 15 años el equipo de Cooperación Internacional de Cáritas Diocesana de Zaragoza desarrolla a través de sus proyectos en Bolivia y Palestina.



Tras el visionado del documental, a través de las preguntas de los asistentes repasamos alguno de los testimonios que se muestran, las raíces del conflicto, la situación actual, la importancia de la no violencia para llegar a la paz, el deseo del pueblo palestino por querer seguir viviendo en su tierra, la responsabilidad que tienen los cristianos palestinos de mantener la Iglesia viva en Tierra Santa, el deber de la Comunidad Internacional de actuar y la importancia de conocer la realidad de allí, para sensibilizar aquí.

Y nos hicimos la siguiente pregunta: Yo, como cristiano comprometido ¿qué puedo hacer ante esta situación? y adoptamos el compromiso de orar por la paz en Tierra Santa y estar en comunión con el pueblo palestino, solidarizándonos con su sufrimiento y siendo altavoz de la situación de nuestros hermanos en nuestro entorno.

“Debemos decirlo, hablar con una sola voz. Aunque la gente no quiera escuchar: Dios sí escuchará” Michel Sabbah. Patriarca Latino de Jerusalén, 1987-2008

30 mayo, 2014

Conociendo el trabajo que se hace en Palestina (II)

Crónica del día 29 de mayo de 2014

      Hoy hemos salido hacia Taybeh, el pueblo llamado Efraim en el Evangelio, donde estuvo Jesús después de la resurrección de Lázaro. Está cerca de Jerusalén y, poco después de dejar las ultimas casas, como un gigante, aparece el muro. Esta visión causa siempre dolor y un montón de preguntas.


    En Taybeh hemos visitado el taller donde hacen la paloma de la paz; allí trabajan seis personas. Esta paloma lleva años circulando por el mundo como forma de oración por la paz en Palestina.





     Siempre acompañadas por el Director de Cáritas Jerusalén hemos visitado una cooperativa en la que hemos visto productos muy interesantes para nuestras tiendas de comercio justo: ropa de bebé hecha con algodón orgánico y una línea de belleza de cremas del mar Muerto, entre otras cosas.






   Más tarde hemos llegado hasta la parroquia Melkita de Ramalla, donde las mujeres hacen unos excelentes bordados típicos palestinos.



      Antes de regresar a Jerusalén hemos visitado una residencia para ancianos llevada por la parroquia. Para toda Palestina hay cuatro residencia con 200 plazas ¿....?

      Para descansar hemos visto un bonito atardecer desde el barrio armenio con el dorado de la cúpula de la mezquita de la Roca como fondo y el almuhédano llamando a la oración.



     Mercedes Torrejón
    Cáritas Zaragoza


14 mayo, 2014

La migración y el desarrollo son dos realidades entrelazadas

Reproducimos en el blog el mensaje que ha enviado el Cardenal Oscar Rodriguez Maradiaga al Foro Global  sobre Migración y Desarollo que tiene lugar en Estocolmo del 13 al 16 de mayo:

La migración por el desarrollo

"La migración y el desarrollo son dos importantes realidades entrelazadas, cuya influencia mutua es un factor indiscutible. El desarrollo no se puede reducir a un mero crecimiento económico, que a menudo se consigue sin pensar a los pobres y vulnerables. Sin embargo, un mundo mejor será posible solo con atención especial a la dignidad humana; si la promoción humana es integral, teniendo en cuenta todas las dimensiones de la persona, incluyendo la espiritual; sin olvidar a nadie como, por ejemplo, a los pobres, los enfermos, los presos, los necesitados y los extranjeros (cf. Mt 25:31-46); si nos demostramos capaces de dejar a nuestras espaldas una cultura del usar y tirar, y abrazamos otra del encuentro y la aceptación.

Con ocasión del Día Internacional del Migrante y el Refugiado 2014, el Papa Francisco evidenció que “los emigrantes y refugiados no son peones sobre el tablero de la humanidad” (Emigrantes y refugiados: hacia un mundo mejor, 2013).“Se trata de niños, mujeres y hombres que abandonan o son obligados a abandonar sus casas por muchas razones, que comparten el mismo deseo legítimo de conocer, de tener, pero sobre todo de ser “algo más”. Hoy en día, más de 230 millones de personas emigran de un país a otro o se desplazan dentro de sus propios países y zonas geográficas. Estos números indican el mayor desplazamiento de población de toda la historia. La Iglesia acompaña a los migrantes y refugiados en su viaje, buscando comprender las causas de la emigración. Así mismo, trabaja para mitigar sus efectos negativos y reforzar su influencia positiva en las comunidades de origen, tránsito y destinación.

La realidad de la migración debe ser enfocada y abordada de una manera nueva, equitativa y eficaz. Más que nada, este asunto exige la cooperación internacional y un espíritu de profunda solidaridad y compasión, que son principios esenciales para diseñar la agenda internacional del desarrollo post-2105. Es fundamental la cooperación a los diferentes niveles para incluir la adopción de políticas y leyes cuyo objetivo sea la protección y promoción de la persona humana.

El Papa Benedicto XVI esbozó los parámetros de dichas políticas, declarando que “esta política hay que desarrollarla partiendo de una estrecha colaboración entre los países de procedencia y de destino de los emigrantes; ha de ir acompañada de adecuadas normativas internacionales capaces de armonizar los diversos ordenamientos legislativos, con vistas a salvaguardar las exigencias y los derechos de las personas y de las familias emigrantes, así como las de las sociedades de destino”. (Caritas in veritate, 62)

Conseguir que las iniciativas de migración faciliten el desarrollo exige que los países se ayuden entre ellos, en un espíritu de voluntad y confianza. Dicha cooperación empieza con los esfuerzos de cada país por crear mejores condiciones económicasy sociales en el propio país, de manera que la emigración no sea la única alternativa posible para aquellos que buscan paz, justicia, seguridad y el pleno respeto de su dignidad humana. La creación de oportunidades de empleo en las economías locales evitará también la separación de las familias y asegurará que individuos y grupos puedan disfrutar de condiciones de estabilidad y serenidad. Así mismo, implica que los migrantes y las diásporas sean actores reconocidos del desarrollo.

Por último, al considerar la situación de los migrantes y los refugiados, nos unimos al Papa Francisco en su exhortación a eliminar prejuicios y presuposiciones al enfocar la migración: “En esto se necesita por parte de todos un cambio de actitud hacia los inmigrantes y los refugiados, el paso de una actitud defensiva y recelosa, de desinterés o de marginación –que, al final, corresponde a la “cultura del rechazo”-- a una actitud que ponga como fundamento la “cultura del encuentro”, la única capaz de construir un mundo más justo y fraterno, un mundo mejor”. Nosotros mismos tenemos que ver, y luego ayudar a que los demás lo vean, que los migrantes y refugiados no son un problema que hay que resolver, sino hermanos y hermanas con esperanzas, sueños, aspiraciones, destrezas y talentos. Deberían ser bienvenidos, respetados y amados. Ellos son una ocasión que nos brinda la Providencia para ayudarnos construir un mundo más abierto, justo y fraterno.

Hay que creer que somos una familia humana y que cada miembro debería tener la oportunidad de vivir y desplazarse a otro país y ser respetado.»

08 mayo, 2014

Vigilia de oración "Enlázate por la justicia"



Altar mayor. Un momento de la Vigilia



     El día 7 de mayo, en la iglesia de San José Pignatelli, se celebró la Vigilia de Oración con el lema "Enlázate por la justicia".
      Se reunieron alrededor de 200 personas  ante la llamada de Confer, Redes, Manos Unidas, Misiones y Cáritas. Este es el segundo año consecutivo en el que se reunen todas estas organizaciones en una vigilia de oración, en el marco de la iniciativa “Enlázate por la justicia”. 
      En esta ocasión la vigilia forma parte de la campaña “Una sola familia humana. Alimentos para todos” que el Papa Francisco presentó el pasado  diciembre.
      En este acto mediante cantos, lecturas y testimonios se  reflexionó sobre la realidad de lo que ocurre en el mundo, las causas de la injusticia y de la pobreza y sus consecuencias. 

Todos somos una misma familia humana:  nuestros rostros reflejan la diversidad del  mundo,  pero también la misma ilusión por vivir, idéntica esperanza en el futuro y una sólida firmeza a la hora de defender nuestra dignidad y la de nuestras familias.  Los seres humanos no somos tan diferentes ni estamos tan lejos unos de otros. 

Vista general del público asistente
       Al final se leyó un manifiesto en el que se reclamaba a los poderes públicos que no abandonen a su suerte a las personas que más sufren en el mundo y que cumplan sus compromisos en cooperación internacional y que lideren la aplicación de políticas de defensa de los derechos humanos y de la solidaridad.

Ver galería de fotos

05 diciembre, 2013

Belenes en La Artesa

Belenes que se exhiben en La Artesa







      Se acercan las fiestas de Navidad.Son momentos para vivir, de una manera especial, la solidaridad entre todos los seres humanos y, sobre todo, con quienes  el  tercer mundo se encuentran en una situación de mayor pobreza y marginación.
     Para esta ocasión, Cáritas Zaragoza dispone de un canal especial de conexión: un establecimiento de Comercio Justo, “La Artesa”, en el que se pueden encontrar belenes elaborados  por artesanas de diferentes países.
     Cáritas Boliviana colabora como todos los años con esta iniciativa y envía una serie de belenes en cerámica, elaborados por artesanos y artesanas de un taller de El Alto. Por otro lado, Cáritas Jerusalén también colabora con “La Artesa” y, desde una cooperativa formada por hombres y mujeres, han elaborado una serie de belenes con la madera sobrante de la poda del olivo. Realizan toda una serie de objetos de madera y, en Navidad, belenes muy especiales. Y por último, este año se ha sumado a esta iniciativa solidaria Cáritas Perú; es el primer año que colabora aportando belenes. La Asociación “Tika-Rumi” es un pequeño grupo de artesanos situados en Villa el Salvador;  sus miembros proceden de diferentes lugares como Cuzco, Cerro de Pasco, Huancayo y Lima. El nombre proviene de las palabras quechua Tika, que significa flor, y Rumi, que significa piedra, que unidas simbolizan flor de piedra aludiendo a las bellezas que se pueden hacer con la piedra.
      Con la compra de estos productos artesanos ayudamos a mejorar las condiciones de vida de estas familias en su país de origen. 
      En La Artesa encontraremos más de 25 modelos elaborados artesanalmente, con unos precios que oscilan entre los 7 y los 25 euros.

     Colaborar con “La Artesa” es una forma de participar en un proyecto solidario y fraterno y resulta un apoyo fundamental al trabajo que realiza Cáritas en estos países. Al mismo tiempo es una buena ocasión para tratar de paliar, en lo posible, la decisión  que España  ha adoptado en su política de ayuda al desarrollo de los países más necesitados. Cada año es menor el presupuesto que se destina a este concepto
    La Artesa se encuentra en la C/ San Voto, 9 (esquina a C/ Don Jaime I). El horario de atención al público es de lunes a sábado de 10 a 13 y de 17 a 20 horas.
Además, durante las fiestas de Navidad “La Artesa” también estará presente en:
- Centro Comercial Puerto Venecia, los días 5, 7 y 8 de diciembre en horario de mañanas (11:00-14:30) y de tardes (16:00-20:30).
- Colegio MM Escolapias (Calle Teniente Coronel Valenzuela, 2), del 10 al 20 de diciembre.
- Centro Comercial Aragonia, el día 11 de diciembre.
- Telefónica Plaza del Portillo (junto a Plaza de Toros), el día 13 de diciembre.
- Parroquia de San Francisco de Asís (Torrero), en horario de mañana el día 14 de diciembre y de       tarde el 15 de diciembre.
- Colegio Alemán (Urbanización Torres de San Lamberto, 58), el día 20 de diciembre.
- Parroquia de Santa Engracia, el día 21 de diciembre.
- Parroquia de Valdespartera, el día 21 de diciembre.
- Parroquia de San Pío X, el 21 de diciembre.