En realidad no sólo son mil gracias, son más de mil gracias por esas más de mil mascarillas que Cáritas Diocesana de Zaragoza recogió en menos de 2 semanas para destinarlas al personal y a los residentes de nuestra Residencia de Santa Teresa.
Han pasado ya unos cuantos días desde que nuestra cotidianidad se vio trastocada por la crisis del coronavirus. Tras la proclamación del estado de alarma el día 14 de marzo muchos cambios se han producido en nuestras vidas y hemos tenido que ir adaptándonos a ellos. También desde Cáritas hemos tenido que modificar nuestra manera de estar al lado de las personas más vulnerables, pero teniendo siempre muy presente que ellas son el centro de nuestra acción. Todas las tareas que desempeñamos en Cáritas: intervención, administración, comunicación, voluntariado, formación, animación comunitaria... las hemos adaptado a este extraño tiempo que nos ha tocado vivir. E incluso han surgido algunas nuevas iniciativas para dar respuesta a las necesidades más inmediatas.
Así nació la iniciativa de hacer un llamamiento a nuestro voluntariado para que colaborara en la fabricación de mascarillas ante la falta de material en la Residencia. En dos semanas cerca de 60 personas y/o colectivos se pusieron en contacto con nosotros para ofrecer su ayuda. Voluntarios y voluntarias de la Residencia, familiares de personas voluntarias, congregaciones, voluntarias de diferentes Cáritas parroquiales y de varios proyectos, párrocos y comunidades parroquiales y también los propios trabajadores de la Residencia y de otros proyectos de Cáritas. Personas como Ana, Anabel, Belén, Blanca, Gloria, José Ramón, Lourdes, María, Marisa, Mercedes, Nuria, Paloma, Pilar, Santi, Sofía, Sole, Teresa y muchas otras, que han puesto su granito de arena, que han hecho realidad que #CadaGestoCuenta y que han contribuido de una manera sencilla a mejorar nuestro mundo.
Con las agujas, el hilo y las telas no sólo han tejido mascarillas, sino que han forjado una enorme red de solidaridad, de trabajo compartido, de apoyo en estos difíciles momentos, y que han interiorizado el mensaje del Papa Francisco en la Homilía del pasado 27 de marzo "El Señor nos interpela y, en medio de nuestra tormenta, nos invita a despertar y a activar esa solidaridad y esperanza capaz de dar solidez, contención y sentido a estas horas donde todo parece naufragar”.
Así pues, a todas y cada una de las personas que cosisteis esas mascarillas os damos MIL GRACIAS.