<< A veces, cuando voy a Fogaral, me siento como Alicia “A través del espejo” cruzando a “otro mundo”… Sólo que éste no es imaginado sino real, inquietantemente real y descarnado.
“Al otro lado”, en el mundo de la prostitución, los cuerpos se mercantilizan, las personas se cosifican, fingir se vuelve algo cotidiano (o un medio de supervivencia) y afloran con fuerza el miedo, la soledad y el aislamiento. La desigualdad y el estigma social existente fundamentan este sistema. Así, es frecuente que las mujeres que acuden al Centro “vivan en la sombra”, agoten gran parte de sus energías en mantenerse, en no sucumbir a un ambiente de estrés continuo, muestren desconfianza y perciban que en su vida “no hay otra opción”. En palabras de la Reina Roja: “Lo que es aquí, como ves, hace falta correr todo cuanto una pueda para permanecer en el mismo sitio. Si se quiere llegar a otra parte hay que correr por lo menos dos veces más rápido”.
En este sentido, si la prostitución devuelve a las mujeres una imagen distorsionada de ellas mismas, posibilitar contextos de encuentro es esencial. Todo encuentro entre personas supone una transformación, ya que no sólo nos revela la persona que somos sino la persona que podemos llegar a ser.
En Fogaral, las actividades grupales, el encuentro con otras mujeres, son el espacio idóneo para su recuperación, el reconocimiento, el desarrollo de sus capacidades, etc. Gracias a nuevos apoyos y colaboraciones, este curso hemos podido poner en marcha nuevas experiencias grupales. Y es desde esta oportunidad, desde el encuentro grupal, cómo sientes se amplía nuestro campo de visión, nos aporta nuevas perspectivas y nos da fuerzas para afrontar el presente. Porque, en palabras de una mujer “en el otro lado”:
“Caminando sola se llega más rápido, pero
caminando en grupo llegas más lejos” >> .
Sonia Ruiz
Trabajadora Social del Centro Fogaral
de Cáritas Diocesana de Zaragoza
Artículo extraído del boletín semestral de Cáritas, puedes leerlo en el siguiente enlace