08 mayo, 2020

Una mirada a otra realidad: Bolivia (2)


Continuamos con nuestra serie de artículos sobre otros territorios, para conocer cómo viven estos tiempos de cuarentena, cómo cambia la vida en otros países y, sobre todo, cómo afectan esos cambios a las vidas de nuestros hermanos. Siempre desde la mirada de Cáritas de la Caridad Universal. 

Hoy continuamos con Bolivia, y la labor que apoyamos desde Cáritas Zaragoza a través de la ONG K´Anchay y la Pastoral Social Cáritas Bolivia. En primer lugar, seguimos conociendo la situación de Bolivia durante esta crisis sanitaria. Han ascendido a medio centenar los muertos por COVID-19. Aunque los contagios no han crecido tanto. Las cifras oficiales hablas de unas 1000 personas infectadas. Mientras tanto, el gobierno boliviano negocia con el Banco Mundial la subida de la categoría del país a “renta media alta” con el objetivo de poder acceder a un tipo de créditos especiales. Pero a nosotros nos importa más “lo micro”. Los bolivianos de a pie siguen pensando cómo comer cada día, preocupación diaria incluso desde antes de la cuarentena. 



Cáritas Diocesana de Zaragoza trabaja intensamente en el departamento de Potosí, apoyando los internados que gestiona la ONGD K´Anchay y apoyando también los proyectos de seguridad alimentaria y agroecología de la Pastoral Social de Cáritas Potosí. 

Qachari es uno de los internados de K´Anchay y está en el municipio de Sacaca. Nos cuentan que las prácticas -que hicieron los alumnos en febrero en ese internado cultivando cebolla dulce en la huerta- han tenido como resultado el reparto de cebolla a los ancianos de la comunidad. Además de la crisis sanitaria, las familias campesinas están preparando los campos para sembrar la “papa” y los jóvenes continúan jugando al fútbol. Eso sí, los caminos de la comunidad están cerrados, lo que provoca un bloqueo a la entrada de personas y, por supuesto, de cosas. ¿Qué ha supuesto esto? Pues, por ejemplo, a primeros de marzo, estábamos construyendo cocinas nuevas en el internado y cómo ya no hay suministro de gas y se acerca el duro invierno y la alternativa de leña no da tiempo, pues se ha paralizado el tema. 

Otro asunto parado es el tema escolar. El gobierno suspendió las clases el 12 de marzo (en Bolivia el curso casi coincide con el año natural). Aquí hay más elementos que intervienen además del educativo (que saben que es una auténtica oportunidad) también el alimenticio: el internado garantiza durante todo el curso tres nutritivas comidas diarias. Todo eso parece básico, pero para muchas familias de allá es algo excepcional. 


Algo más al sur, en el mismo departamento de Potosí, el padre Marco y su equipo trabajan comprometidamente en la Pastoral Social Cáritas que ha montado un centro de recogida de alimentos. La Pastoral Social Cáritas Nacional cuenta con un pasado fuerte en el Área de Emergencias pero claramente debilitada desde 2016, donde las diocesanas se baten en primera línea. Además en la ciudad apoyan - gracias a la red Cáritas y a la solidaridad potosina- a familias venezolanas a quienes el confinamiento detuvo en la fría e imperial ciudad, a familias mineras que viven al día y que han visto sus ingresos reducidos a cero. 

Además, Tacobamba y Puna tenemos dos proyectos (apoyados por DGA y Ayuntamiento de Zaragoza, coordinados por Cáritas Española) que están actualmente paralizados donde se ve con preocupación, por ejemplo, el calendario agrario que no cesa. También aquí las comunidades están cerradas y se dio un fenómeno curioso: muchas familias que emigraron a Argentina, viendo lo que se avecinaba, volvieron a estas sus tierras de origen quechuas a confinarse. En estos lugares de economía puramente campesina hay mucha incertidumbre sobre el futuro. Tanto la Pastoral Social Cáritas como Cáritas Zaragoza acompañaremos de cerca la adaptación de los proyectos a la nueva realidad. Y es que en estas zonas viven los rostros campesinos e indígenas de la pobreza y necesitan de nuestro apoyo ayer, hoy y mañana. 


Agradecemos fraternalmente el trabajo e información de Padre Marco Abascal, Cintia Salazar y equipo de PSC Potosí así como de Guiller Cabrera y equipo de K´Anchay, con Robert Crespin al frente. 


“Mientras no se resuelvan radicalmente los problemas de los pobres, atacando las causas de la inequidad, no se resolverán los problemas del Mundo”. 
Papa Francisco, EG/202. 

Carmelo Crespo Zaldivar 
Técnico de Cooperación de CDZ

06 mayo, 2020

El Centro San Nicolás en tiempos del COVID-19

En este tiempo de confinamiento seguimos poniendo en valor esas acciones que se están llevando a cabo en la diócesis y en nuestra Cáritas y que ejemplifican estupendamente ese “ser comunidad” del que hablábamos en la campaña de la pasada Navidad. Hoy os acercamos cómo lo están viviendo en el Proyecto de Acompañamiento San Nicolás a través de su directora, Carmen Manero.

El equipo lo conformamos 15 voluntarios y 5 profesionales de la educación social y el trabajo social. Habitualmente, son más de 50 familias las a las que ofrecemos un acompañamiento personalizado y continuado en el tiempo que requiere de una gran cercanía y contacto con la familia. Esto implica entrevistas, charlas, visitas al domicilio, etc. que nos permiten conocernos y establecer un vínculo del que poder partir. En nuestro propio centro, ofrecemos también la posibilidad de participar en actividades ocupacionales y en un taller de manipulado de papel, en las que participan alrededor de 30 personas. 


Ante esta situación excepcional, las personas nos transmiten temor ante el contagio y falta de información en algunos aspectos relacionados con la misma y su prevención, incertidumbre... La asistencia diaria al centro para realizar cualquiera de las actividades ofrece un sentido y una ocupación al tiempo, compañía, aprendizaje… La cercanía y contacto personal propio del acompañamiento que implica una participación en su vida cotidiana, su entorno, quedan suspendidos. 

Trabajando desde casa, salvar un poco esta distancia se hace posible gracias al teléfono, al WhatsApp, al correo electrónico… nos permite estar unidos a los que trabajamos y en contacto permanente con las personas que acompañamos. Pero tenemos esa “espinita clavada” porque nos falta vernos y compartir más de lo que cuentan las palabras. Nos quedamos cortos en sensaciones, gestos… aunque la complicidad y la confianza permanecen a pesar de esta distancia impuesta. 

Nuestra labor principal ahora es escuchar, sostener, apaciguar y quizás por dar un poco de esperanza… Por ejemplo, a aquellas madres solas con sus hijos, con falta de espacio en sus casas, con pocos recursos personales para poder cubrir todas las necesidades lúdicas y educativas de los niños, al no disponer tampoco de formación ni medios tecnológicos suficientes. O a esas personas que viven solas, sin familia, sin amigos,…que viven en habitaciones de pisos compartidos y no disfrutan de relaciones de convivencia positivas. A esas familias donde la calidad en las relaciones no acompaña igual que a otros la salud, estando más desamparados que nunca y a personas que en otros momentos hemos atendido en el proyecto y que han retomado el contacto con nosotras. Acompañamos a personas que este confinamiento ha provocado más soledad si cabe y ha empeorado situaciones de necesidad que ya existían, poniendo de manifiesto la gravedad de su situación. 


Desde nuestra casa, haciéndolo lo mejor que sabemos, esperamos con esperanza que esto pase pronto y volvamos a vernos y podamos recuperar el tiempo perdido todos juntos en el Centro San Nicolás.

04 mayo, 2020

Entrevista: los sacerdotes ante el COVID-19

Hemos querido abrir una ventana a través de la mirada de algunos sacerdotes que colaboran con los equipos de las acogidas parroquiales. Hoy, Jaime y Sergio nos van a contar en primera persona su labor como párrocos y la situación de las personas que acompañan desde sus parroquias. 

1. ¿Cómo estáis llevando a cabo la labor de Cáritas en vuestras parroquias? 

Jaime: “Estamos todos en la misma barca y somos llamados a remar juntos”, estas palabras del papa Francisco del pasado 27 de marzo, nos ayudan a comprender mejor nuestra misión hoy. Desde la unidad pastoral hemos tratado de insistir en la necesidad de sentirnos todos Cáritas y de asumir corresponsablemente esta tarea de la caridad en la comunidad. Como unidad pastoral y apoyados por nuestra trabajadora social de referencia de Cáritas hemos tratado de coordinar una respuesta eficaz a la urgente necesidad que vivimos en nuestro barrio de Oliver a causa de esta pandemia". 

Sergio: "Vivir la caridad es parte del mensaje de Jesús, y Cáritas es el compromiso de la comunidad cristiana por hacer presente el amor de Dios, especialmente en los más necesitados. Mi labor como cristiano y como pastor es estar acompañando y animando al equipo de Cáritas de mi parroquia, trabajando junto a los voluntarios, a la trabajadora social de Cáritas de nuestra zona y a las personas que acompañamos, aunque ahora sea de forma telemática". 

2. ¿Cómo ves la situación de las personas que acuden a Cáritas en estos momentos? 

Jaime: "En nuestro barrio, siempre hay ese margen de personas que están en riesgo de exclusión. Ahora, con la pandemia, observamos una situación diversa: muchas personas que trabajaban en empleos esporádicos o por horas y que no habían acudido nunca a nosotros. Ahora esas personas ya no disponen de su fuente de ingresos y se encuentran en una situación realmente precaria. Nuestra respuesta debe ir encaminada a ayudar a todos ellos, sin excluir a nadie". 

Sergio: "Es fundamental ser buena noticia, ser evangelio, cuando hay tantas malas noticias. Hace falta ser oído abierto cuando hay tanta distancia física, obligados por el confinamiento, o ser palabra de cariño, ante la distancia afectiva. La situación externa, la vemos y la intentamos paliar con ayudas económicas pero me preocupa más lo interno que no vemos, por ejemplo el cómo están viviendo las familias que atendemos la incertidumbre y el miedo ante lo que vendrá". 


3. ¿Esta situación, cómo ha hecho cambiar vuestra labor cómo párrocos? 

Jaime: "Como sacerdote, aunque la situación es triste y dolorosa, a la vez pienso que es el momento perfecto para replantearnos las opciones pastorales y los medios para poder llegar de una manera efectiva y afectiva a tantas personas que necesitan de nuestra ayuda, acompañamiento y cercanía. Por otra parte, como párroco de una iglesia de barrio, agradezco la coordinación entre las diferentes asociaciones, proyectos e instituciones y la nueva Red de Apoyo vecinal. Ello nos ayuda a vivir muy cerca a la realidad del día a día y nos facilita una respuesta tejida en conjunto para los que más nos necesitan. Nuestra misión ahora es la de saber estar, acompañar, escuchar y permanecer". 

Sergio: "Aunque los templos estén cerrados, la Iglesia está presente en cada cristiano. El acompañamiento a los fieles cristianos es más virtual, telefónico o por redes o apps que estamos aprendiendo a descubrir. Es seguir viviendo lo mismo en diferente contexto. Seguir siendo signo de fe, de esperanza y por supuesto de caridad". 

4. ¿Cómo crees que podemos ayudar todos? 

Jaime: "Con gestos sencillos de corresponsabilidad, solidaridad, generosidad, siendo conscientes que lo poco o mucho que pueda aportar es importante. El papa Francisco nos señalaba: "los seres humanos han descubierto que no pueden seguir cada uno por su cuenta, sino sólo juntos y que nadie se salva solo". 

Sergio: "Ahora no podemos encontrarnos en los locales parroquiales, pero podemos acompañar por teléfono y seguir siendo buena noticia. Además, pienso que es momento también de cuidar lo importante y no dejarnos llevar siempre por lo urgente. Seguimos teniendo mucho campo para trabajar y el Señor nos envía a ello". 


5. ¿Qué mensaje de esperanza quieres lanzar a los amigos de Cáritas? 

Jaime: "Los cristianos tenemos que reconocer en esta pandemia una oportunidad de oro de llevar la Buena Noticia a un mundo al que, de repente, se le ha caído la escala de valores con la que medía las cosas, las personas, etc… Es una oportunidad, como quizás no hemos tenido en mucho tiempo, de descubrir y de mostrar el amor de Dios a los demás a través de la fe, la oración, la caridad y la esperanza". 

Sergio: "Aunque estemos en casa, y nos sintamos encerrados, tenemos muchas posibilidades. Nuestro mundo necesita buenas noticias y testigos que las den. Y el Señor camina junto a nosotros, aunque nos cueste reconocerlo. Abre tu corazón y ayuda a quien encuentres como prójimo, es el Señor esperándote, pero solo lo descubriremos desde la caridad". 

Agradecimientos: 
Jaime Gualdrón, parroquia de la Coronación Virgen (Oliver) 
Sergio Martínez, parroquia del Rosario (Almozara)

30 abril, 2020

Una mirada a otra realidad: Bolivia (1)

Continuamos con nuestra serie de artículos sobre otros territorios, para conocer cómo viven estos tiempos de cuarentena, como cambia la vida en otros países y, sobre todo, cómo afectan esos cambios a las vidas de nuestros hermanos. Siempre desde la mirada de Cáritas de la Caridad Universal. 

Hoy y la semana que viene miraremos hacia Bolivia, donde Cáritas Zaragoza ha trabajado con intensidad en los últimos años bien apoyando a la ONG K´Anchay o la Pastoral Social Cáritas boliviana o a su red. 

Conociendo Bolivia 
Bolivia es un país considerado, con Paraguay, de los más empobrecidos de América del Sur. Aunque, en los últimos años, según la PNUD, ya es país de renta media. Bolivia tiene un territorio muy diferenciado: Andes, Valles y Amazonia (la gran desconocida, ocupa casi el 60% del territorio) y cuenta con una riqueza cultural e indígena impresionante. Tiene casi 11 millones de habitantes (es decir, una densidad bajísima, unos 10 hab. por Km2) y de entre ellos, destacan tres pueblos indígenas: Aymaras en los Andes, Quechuas en los valles y Guaraníes en el Chaco. 


Confinamiento 
En cuanto a la situación actual provocada por la crisis sanitaria mundial, os podemos contar que seguimos con preocupación el devenir de nuestro país hermano. Entraron en confinamiento el 22 de marzo, mientras miraban con preocupación lo que pasaba en Italia y España; no olvidemos su gran cantidad de población migrante y por ejemplo, Bérgamo, al norte de Italia, es uno de los grandes centros de la migración boliviana. Según datos oficiales bolivianos, en el país hay unos 600 casos y solamente 32 muertos. Existe una honda preocupación por el tema, porque el sistema de salud no podría aguantar una situación de emergencia con un índice tan alto de ingresados en UVIs, como ha ocurrido en otros países como España o Italia. 

Situación política 
La ciudad de La Paz, sede de gobierno, vivió también con virulencia los acontecimientos de final de 2019 que acabaron con el exilio de Evo Morales, presidente desde el año 2006. Ahora, con un gobierno de transición tras aquello, había convocadas elecciones que han tenido que ser aplazadas. 


Cáritas en Bolivia 
En la ciudad andina, a 3660 metros de altura, está también la sede de la Pastoral Cáritas Boliviana; desde donde se coordina la labor con los últimos de los últimos a través de diversos proyectos relacionados con la tierra, la seguridad alimentaria, los ancianos, la participación ciudadana, la salud, las cárceles... por todo el país. 

En cuanto al cuidado de los mayores, cabe destacar que la mayoría de residencias de ancianos están gestionadas por congregaciones religiosas, así que la Pastoral Social de Cáritas Bolivia les apoya en algunas ocasiones, durante el confinamiento lo ha hecho con una campaña de alimentos. Si miramos hacia Sucre, la ciudad blanca, la capital del país; allí, la PASCAR (Pastoral Social Cáritas Sucre) está llevando a cabo desde el principio de la cuarentena una campaña de emergencia con la que ya ha entregado, por el momento, 500 bolsas de alimentos, lavamanos portátiles y material de desinfección. Preocupa, como en el resto del país, el futuro inmediato en los barrios y en la zona rural y preocupa la cantidad de familias que viven al día y su necesidad de vender para comer. A la Pastoral Social de Cáritas del país también le preocupa la situación de las cárceles, donde los presos no tienen garantizada celda, cama ni comida. Ahí está, siempre acompañando, la Pastoral Penitenciaria. 


El rostro de la pobreza se puede ver agravado en esta situación, que amenaza, para tantos, la mera supervivencia ya muy complicada en tiempos “normales”. La próxima semana seguiremos conociendo la realidad Boliviana, esta vez, camino hacia el sur y sabremos de la esperanza y el trabajo de nuestras Cáritas hermanas en la ciudad y los campos de Potosí. 

“Y volvemos aquí a la opción preferencial por los pobres... no es demagogia, es Evangelio puro. Cristo presente en los pequeños”. San Oscar Romero, septiembre de 1979. 

Carmelo Crespo Zaldívar 
Técnico de Cooperación de CDZ

28 abril, 2020

El Centro Fogaral en tiempos del COVID-19

En este tiempo de confinamiento seguimos poniendo en valor esas acciones que se están llevando a cabo en la diócesis y en nuestra Cáritas y que ejemplifican estupendamente ese “ser comunidad” del que hablábamos en la campaña de la pasada Navidad. Hoy os acercamos el cómo lo están viviendo en nuestro Fogaral a través de su directora, Marta Jiménez. 

Esta situación hace que todo sea distinto. Están siendo semanas muy intensas, de adaptarse cada día a nuevas situaciones. Intentando dar respuesta de la forma más ágil posible. Hemos tenido que adaptar procedimientos, protocolos, criterios de actuación… Sobre todo, para disminuir la angustia de las mujeres que acuden a nuestro centro ya que tuvimos que suspender las actividades grupales y cerrar las puertas. 

“Fogaral es el hogar que no se pone en cuarentena”
Testimonio de Voluntaria 


Durante el Estado de Alarma estamos funcionando telemáticamente. Mantenemos el contacto con las mujeres por teléfono y por WhatsApp. Hay que reconocer que el equipo está muy volcado, somos cinco trabajadoras junto a ocho voluntarias que han podido apoyarnos durante todos estos días. Poder contactar con las mujeres solo por el móvil es muy distinto a nuestra forma de trabajar. Para Fogaral siempre ha sido muy importante la cercanía con las mujeres. Dar este tipo de apoyo por teléfono es mucho más difícil. Aun así, seguimos ofreciendo el apoyo que las mujeres necesitan. Sienten mucha angustia, miedo, incertidumbre, soledad, desánimo, tristeza. La mayoría de los casos nuevos nos llegan por el boca a boca entre las mujeres, otras vienen derivadas por profesionales de otras instituciones o entidades. Intentamos trabajar los más coordinadamente posible, es importante el trabajo en red. 

“La confianza y el cariño que han ido creciendo entre las mujeres y nosotras, se fortalecen un montón en esta situación. El confinamiento no es un impedimento, aunque sea por teléfono, podemos seguir manteniendo este vínculo vital entre todas”
Testimonio de Voluntaria 

Pero lo que más nos preocupa es la situación de las personas que acompañamos. En estos momentos, tenemos un gran porcentaje de mujeres con cero ingresos y gastos fijos que mantener como el pago del alquiler, de los suministros, de la alimentación, de los productos de higiene, medicamentos, algunas con gastos de hijos, otras con deudas… Como mucha gente pero con el agravante de que su situación ya era precaria antes. Otro porcentaje de mujeres sabemos que siguen ejerciendo, con el riesgo añadido que supone a los riesgos que habitualmente ya tienen. Y otro colectivo, que por supuesto nos preocupa, es la situación de las mujeres víctimas de trata con fines de explotación sexual. La situación de todas ellas es preocupante. 


“Arropamos desde la distancia para hacerles sentir que el calor de hogar de Fogaral en esta crisis no se apaga, se transforma”
Testimonio de Voluntaria 

Durante este periodo del Estado de Alarma, hemos abierto el Centro dos días cada tres semana exclusivamente para el pago de las ayudas económicas a aquellas mujeres que no disponen de cuenta bancaria. Las hemos citado cada 10 minutos y hemos tenido que habilitar la acogida de forma distinta, respetando las normas higiénicas sanitarias. Tanto en marzo como en abril hemos citado a más de 50 mujeres. En estos momentos las demandas que nos hacen son, prácticamente todas, necesidad económica. No cambia tanto el tipo de demanda sino el perfil de las mujeres que las hacen. Las mujeres que nos están llegando nuevas, nunca antes habían tenido la necesidad de solicitar ayuda económica. Además, también estamos atendiendo a mujeres transexuales y a mujeres que el confinamiento les ha cogido en Zaragoza haciendo plaza pero normalmente no residen aquí y no tienen lo básico para vivir. 

“La acogida en Fogaral es la realidad de un vínculo vivo y de libertad donde buscamos el empoderamiento de todas”
Testimonio de Voluntaria 

Todas las compañeras de Fogaral, tanto trabajadoras como voluntarias (Ana, Carmen, Lidia, Nuria, Rosa, Sagrario, Sara y Vicenta), confiamos en que cuando esto acabe, podamos volver a abrazarnos en nuestro Centro Fogaral.