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10 junio, 2020

Campaña de Caridad: necesitamos mantener la esperanza

Desconcierto. Incertidumbre. Angustia. Soledad. Miedo. Vulnerabilidad. Fragilidad. Sufrimiento. Muerte. Todo esto, de golpe, ha irrumpido en nuestras vidas generando un cambio impensable tan sólo hace unos meses. El desasosiego nos atenaza, nos sacude profundamente. Hemos descubierto de pronto que la inseguridad planea por encima de nuestras cabezas como una espada de Damocles que se ha activado sin que tuviéramos ni siquiera unos avisos preventivos. Hemos tenido que parar nuestras vidas mientras la ciencia, sumida también en el desconocimiento, ha de reconocer que se ha descosido por los cuatro costados la coraza tecnológica y busca a la desesperada urgentes soluciones sin garantía de éxito por el momento. 

El futuro no parece prometedor y se han activado de nuevo todas las alarmas que evidencian ya el afloramiento de la extensión de la pobreza, de las carencias de lo más elemental, de la falta de recursos en las familias, de la miseria, del desempleo. 


En medio de este tsunami social, el compromiso al que reiteradamente está llamando Cáritas eleva al máximo la necesidad de su puesta en práctica. Ante la desolación, necesitamos mantener más que nunca la esperanza, necesitamos hacer sentir la presencia de una Iglesia que abra sus puertas samaritanas. Ha sido necesario clausurar las puertas materiales de nuestros templos, pero el compromiso de la caridad, siempre de la mano de la justicia, no puede cerrar nunca su actividad. Se han multiplicado los hermanos y hermanas que yacen al borde del camino. Cáritas llama a multiplicar también las manos dispuestas al consuelo, al alivio y a elevar la voz para que se activen políticas de redistribución y de solidaridad con el fin de que nadie se quede en el camino llorando su abandono y su soledad. 


Al lado de esto, sin duda lo más urgente y necesario en estos momentos, Cáritas también llama a realizar una profunda reflexión que nos lleve a todos sin excepción a cambiar modos y estilos de vida. Necesitamos con urgencia nuevos horizontes. No podemos seguir construyendo un planeta basado en el acaparamiento, en la desigualdad, un planeta foco de múltiples pandemias que se suman a las del coronavirus COVID 19, las pandemias de la pobreza, de las guerras, del hambre, del cambio climático, de la desigualdad, de la globalización de la indiferencia, del maltrato a la naturaleza. 

Es necesario que la humanidad reaccione y se apreste a recorrer caminos más solidarios, a replantear sistemas que pongan en el centro a las personas y no a los mercados. 


Necesitamos mantener la esperanza reforzada por multitud de personas que con su trabajo ofrecen un testimonio social de primer orden posibilitando el mantenimiento de los servicios sociales básicos para la convivencia, y por miles de iniciativas desinteresadas que han puesto voluntariamente al servicio de la sociedad y especialmente de los más vulnerables su saber y su actuar. 

Para transitar hacia el futuro de una normalidad que nadie se atreve a definir, necesitamos mantener la esperanza. Como creyentes hoy adquieren especial relevancia muchas de las bellísimas palabras que recorren el libro de los Salmos que subrayan la confianza en Dios y en su misericordia tales como: “Yo confío en tu misericordia, mi alma gozará con tu salvación”… “Dios es nuestro refugio y fortaleza, poderoso defensor en el peligro”. 

Desde Cáritas, en comunión con toda la Iglesia y con todas las entidades y organizaciones que no escatiman esfuerzos en su labor solidaria, decimos que la fuerza del mensaje evangélico nos empuja a enamorarnos más del compromiso al que nos vemos estimulados por la referencia salvífica de Jesús de Nazaret. 

Ramón Sabaté Ibarz 
Voluntario de Cáritas Diocesana de Zaragoza

29 mayo, 2019

Encuentro de voluntarios de la Vicaría III

El pasado día 15 de Mayo, la Vicaría III organizó un encuentro de voluntarios de Cáritas con motivo del día de Caridad y la campaña de Cáritas. Tuvo lugar en los locales de la parroquia de San Lamberto, en el barrio de Miralbueno, y asistieron miembros de los equipos parroquiales de Cáritas de toda la Vicaría. Lorenzo Sancho, animador de la parroquia anfitriona, comparte estas palabras con nosotros. 

Llevamos todo el curso trabajando la campaña “Tu compromiso mejora el mundo”. Hemos ido reflexionando, compartiendo, orando y sensibilizando en esa línea. El tema es importante ya que el compromiso es un pilar necesario en nuestra fe y vida. A la vez, es un instrumento para que, trabajando cada uno en nuestra pequeña parcela, colaboremos en la construcción del Reino de Dios, teniendo en cuenta a los hermanos y hermanas más necesitados.
 

Este encuentro tuvo un matiz más testimonial, para seguir animando nuestro compromiso. “Sólo podemos amar lo que conocemos, y conocer lo que amamos”. Desde esta idea, Pilar Colás nos fue presentando diferentes proyectos de Cáritas Zaragoza, que, tal vez por nuestra dedicación a la tarea parroquial, no conocemos tan profundamente. Los proyectos de Cooperación Internacional (en Bolivia, Palestina y Bangladesh), el Centro de Rehabilitación Psicosocial San Carlos y las empresas de inserción A todo trapo y Latido verde, son realidades que debemos conocer para transmitir a los que nos rodean.


Terminamos el encuentro con una oración compartida. Como no es frecuente que nos juntemos en Miralbueno, aprovechamos para enseñar el templo y el resto de instalaciones a los que no los conocían. Desde el equipo de Cáritas de San Lamberto agradecemos la oportunidad, seguimos a vuestra disposición y os mandamos un abrazo en Cristo pobre y resucitado.

06 noviembre, 2015

Pulseras por la paz

El miércoles 4 de noviembre celebramos bajo el lema “Enlázate por la Justicia” una Eucaristía en la Iglesia de San José de Pignatellí. El acto, enmarcado dentro de la semana de la lucha contra la pobreza contó con una asistencia de alrededor de 200 personas. La iniciativa forma parte de la  acción conjunta que las organizaciones de la Iglesia: Confer, Redes, Manos Unidas,  Delegación de Misiones y Cáritas Diocesana de Zaragoza promueven con  el fin de  sensibilizar y promover un mundo más humano y solidario en el que ocupen un lugar preferencial los más pobres.
 
La celebración supuso un encuentro y un acercamiento entre todos los asistentes. En el momento de darnos la paz pudimos enlazarnos unos con otros con unas pulseras, como gesto de unión y fraternidad que debe unir a la gran familia que somos y a la que pertenecemos poniendo nuestra mirada y nuestro corazón en nuestros hermanos más frágiles y desfavorecidos.

Fue un acto simbólico, que expresó el deseo de la Iglesia de manifestar la Caridad precisamente en estos momentos de tantos conflictos en los que urge un sincero deseo de  unidad en el mundo; en el que vivimos, compartimos y del que somos responsables. Por algo recuerda el papa Francisco en la encíclica “Laudato Si”, que somos parte privilegiada de la creación y tenemos, por tanto, la responsabilidad de respetarla, de cuidarla y de hacer posible que de ella puedan disfrutar todas las personas y no sólo algunas.



28 enero, 2015

Una Parroquia pobre para los pobres



      La Parroquia de San Valero, del popular barrio de Las Delicias, organizó, el pasado domingo 25 en sus salones parroquiales, una jornada de encuentro bajo el epígrafe de “Familia y Parroquia”. El invitado en dicha ocasión fue Gonzalo Gonzalvo, consiliario de Cáritas Diocesana de Zaragoza, que sorprendió a los asistentes con una conferencia cercana y directa en torno a “Una parroquia pobre para los pobres”.
     Gonzalo, buen conocedor de la realidad de Cáritas en la zona, comenzó poniendo en valor la gran labor del equipo de Cáritas de la parroquia que, en el último año, ha acompañado a 215 familias. Familias, fundamentalmente subsaharianas y norteafricanas, a las que la situación actual  ha llevado a una situación complicada, no sólo en el terreno económico, sino también en el terreno familiar y de salud.
     Continuó su exposición, declarando la importancia de la parroquia y la familia, como centros evangelizadores de comunión y participación. En palabras del Consiliario Diocesano: “El espacio familiar de la casa y el espacio eclesial de la parroquia han estado estrechamente unidos desde los comienzos de la iglesia. En la familia cada uno aporta lo que puede y recibe lo que necesita. Solo en la familia se dan las relaciones de paternidad y maternidad, de filiación y de hermandad, que son las mismas que componen la vida de la iglesia comunidad: experiencia de Dios como Padre, experiencia de Cristo como hermano y experiencia de hijos”.
   Gonzalo aludió al Papa Francisco cuando, en una de sus primeras homilías, dijo "como me gustaría una iglesia pobre para los pobres". También mencionó el Concilio Vaticano II, así como el documento que los obispos melquitas  hicieron público un mes antes de terminar el Concilio, en el que se comprometieron en ocho puntos muy concretos a vivir ese espíritu conciliar.
    Así mismo, continuó su exposición argumentando que en el capítulo 8 de la encíclica Lumen Gentium  se habla de que “la Iglesia ha de vivir pobre y en relación con los pobres de este mundo, porque esto está en la esencia, su esencia”.
    La conferencia finalizó con un pequeño debate entre los asistentes sobre los diferentes tipos de pobrezas que existen: económicas, de soledad,  cultural, de salud...
     Tras la despedida de Gonzalo, los participantes compartieron un vino con dulces en una animada tertulia.
     Sin duda, esta actividad ha sido una oportunidad de compartir y profundizar sobre el ejercicio de la Caridad.