17 junio, 2019

Excursión de fin de curso a Graus

Como cada año, el CRPS San Carlos sale de excursión. El 23 de mayo, los usuarios, el personal del centro y los voluntarios de Cáritas se subieron a un autobús dispuestos a pasar un día estupendo. Este año su destino fue Graus, en la provincia de Huesca. Os dejamos con la crónica de su día: 

A la entrada de la villa nos recibió, desde la glorieta que lleva su nombre, uno de sus hijos más ilustres: Joaquín Costa. Conocimos la historia de amor de Rodrigo Mur, que debía casarse por deseo paterno con la bella Margarita de Solano, pero... Él amaba a Marieta. Y así lo hizo público, escribiéndolo en un muro. El escándalo fue enorme, pero parece que en esta historia triunfó el amor. O eso cuenta la leyenda. Almorzamos en la plaza Mayor, bajo los soportales. Algunos compraron la famosa longaniza grausina en «Casa Maella», la carnicería más antigua de Aragón, desde 1415, se anuncia en el escaparate. Nos hicimos fotos de recuerdo ante la Casa la Pentineta, que nos dejó admirados con pinturas alegóricas de su fachada. Nos explicaron que la Casa Bardaxí, que tiene su origen en el siglo XVII, tiene una planta dedicada al alojamiento turístico. Luego recorrimos las calles del centro y nos acercamos hasta las inmediaciones de la Basílica de Nuestra Señora de la Peña.


Desde Graus nos trasladamos a Panillo para visitar su templo budista: Dag Shang Kagyü que pertenece a la rama del budismo tibetano. Es también un centro de retiro, práctica y estudio del Dharma. Visitamos el templo y escuchamos atentos las explicaciones de una lama. 

Chino chano por la carretera llegamos al restaurante El Molino, un balcón espectacular desde el que se contempla el Pirineo. Tras la comida, el gerente del obrador artesano La Ofrenda vino para explicarnos detalles sobre el chocolate que elabora con cacao e ingredientes de alta calidad. Nos ofreció para degustar sus mejores especialidades, mezclas muy originales de ingredientes con un sabor único y diferente a todo lo conocido.


Así llegó el momento de partir, con el agradable sabor de los chocolates en la boca y con la alegría de haber compartido unas horas entre compañeros y amigos.