Desde Cáritas Jerusalén nos mandan esta carta con motivo del Día Internacional de Solidaridad con el pueblo palestino y que queremos compartir con todos vosotros. Desde allí, nos animan a trabajar juntos para poner en marcha acciones positivas que hagan posible la paz y la justicia en Tierra Santa.
Queridos amigos y
colaboradores:
Ha pasado otro año. La ocupación, la expansión de los asentamientos, las demoliciones de hogares, la detención y encarcelamiento de menores, la lucha diaria de los agricultores para llegar y trabajar sus tierras de cultivo y los omnipresentes check-points (puestos militares de control) dentro de Cisjordania continúan. En Gaza la “Marcha del retorno”, que dejó docenas de palestinos muertos, miles de heridos, así como graves daños en las tierras fronterizas israelíes cerca de la valla, vuelve a poner el foco en los 11 años de bloqueo que mantienen a 2 millones de personas presas en un área total de 365 kilómetros cuadrados. Estos hechos son de todos conocidos, tan conocidos que con el paso del tiempo la conciencia del mundo se ha acostumbrado a ellos y es inmune al horror de un pueblo que lleva ocupando y expoliando a otro desde hace más de 50 años.
A escala masiva, lo anormal se ha convertido en la norma. Los niños de Cisjordania crecen pensando que, de camino a la escuela, es normal pasar por check-points vigilados por jóvenes soldados armados. Muchos están aterrados por las redadas nocturnas en las casas, en las que ven cómo los coches de policía se llevan a sus hermanos o hermanas sin ningún adulto que les acompañe. Los hijos de los agricultores ven cómo les roban sus olivos y destrozan sus árboles sin que nadie rinda cuentas ante la justicia. En Gaza los niños de más de 12 años han vivido 4 grandes guerras. Durante una tormenta reciente los niños gritaban aterrorizados pensando que los truenos eran explosiones de bomba, mientras a unos pocos kilómetros al otro lado de la valla, los niños israelíes corrían atemorizados hasta los refugios, mientras las sirenas anunciaban bombas. Ninguna comunidad está a salvo y en libertad y las palabras de Nelson Mandela vienen a la mente: “Ser libre no es sólo liberarse de las propias cadenas, sino vivir de tal modo que respetemos y procuremos la libertad de otros” y de nuevo “Sabemos muy bien que nuestra libertad es incompleta sin la libertad del pueblo palestino”.
En Cáritas Jerusalén rezamos por la justicia y la paz para todos los que habitan Tierra Santa y proporcionamos ayuda humanitaria a los más necesitados de nuestros hermanos y hermanas. En este Día internacional de solidaridad con el pueblo palestino, por favor, uníos a nuestra oración por la esperanza renovada en la piedad y bondad de Dios y para pedir para el pueblo palestino e israelí el valor de romper las cadenas del miedo y vivir de un modo que respete y procure la libertad de los otros. “La justicia y la paz se besaron” (Salmo 85, 10)
Hermana Bridget Tighe
Directora General
Cáritas Jerusalén.