Al hilo del mensaje de nuestra campaña "Tu compromiso mejora el mundo", nuestro consiliario Gonzalo Gonzalvo Ezquerra ha querido trasmitirnos una reflexión acerca del compromiso de los más jóvenes.
Este titular gracioso, resume la idea que mucha
gente tiene de la Iglesia Católica. Y a la vez, la realidad que se vive en
bastantes comunidades cristianas, grupos, y movimientos. Una realidad que afecta
también a Cáritas Diocesana de Zaragoza y a otras muchas.
Es verdad que la mayoría de los jóvenes no quieren
compromisos duraderos, porque su misma vida, está cimentada sobre arenas
movedizas. No tienen un suelo firme, por su edad y porque esta sociedad tampoco
lo tiene.
Si que en algunos momentos se puede contar con
ellos para acciones puntuales y especialmente en tareas de acción social.
Cáritas, además de ser una institución que se
mueve en el ámbito social, tiene un punto de denuncia y un puntazo de Iglesia.
A los voluntarios que vienen a Cáritas no se les
discrimina ni rechaza porque tengan otras convicciones religiosas o no tengan
ninguna. Pero si se les pide que respeten la identidad cristiana de la
institución.
Cáritas es el “corazón misericordioso” de la
Iglesia, que somos los cristianos que un día fuimos incorporados a ella por el
bautismo. Cáritas es el “amor de Dios” puesto en las manos de los cristianos.
Y aquí aporto un dato: El 53,5% de los jóvenes
españoles no creen en Dios. Para muchos de ellos, la Iglesia está en el
penúltimo lugar de sus preferencias, solo por encima de los políticos.
Y mucha gente apoya a Cáritas, pero no acepta a la
Iglesia. Son muy libres. Aunque hay que afirmar que la Iglesia es Cáritas y
Cáritas es la Iglesia.
Cáritas es el aspecto visible del amor de la
Iglesia, sin olvidar a otros grupos e instituciones formadas por cristianos,
que son libres para organizarse y vivir y realizar la caridad cristiana. Sería una pena que lo de “ser cristiano” o formar
parte de Cáritas, solo fuera algo de los mayores. Incluso sería saludable, que llegados a una cierta
edad, se fuera dando paso a otras generaciones nuevas. Las personas con una
cierta edad son fuente de experiencia y sabiduría, pero a veces pueden ser
freno para los nuevos.
Y de todas formas, el hacer el bien, el
preocuparse de los necesitados, el defender los derechos humanos, el poner en
las relaciones el bálsamo de la ternura… y tantas cosas que desde Cáritas
(voluntarios, socios, trabajadores, usuarios, donantes…) intentamos hacer, no
es solo cosa de mayores.