Testimonio desde Pina de Ebro
Fue el domingo 6 de abril. En la plaza, a la misma puerta de la Iglesia, al término de la misa de 12. Todos los fieles presentes en la eucaristía, participamos en un Gesto Público por iniciativa de Caritas.
Consistió en formar Círculos de Esperanza: todos los presentes agarrados a tenues cintas de papel –serpentinas de fiesta- expresamos de esta manera nuestra unión, solidaridad y compromiso.
No somos muchos, no somos fuertes, no somos héroes. Pero sí, somos conscientes, somos comprometidos, somos voluntarios. Es la fuerza poderosa del amor, que clama por la justicia y por el bien común sobre todo de los pequeños y los pobres de nuestra sociedad y de los que sufren las peores consecuencias de la crisis
De esta manera, todos -mayores, niños y jóvenes de catequesis, madres y padres, abuelos catequistas-, asidos por grupos pequeños en un lazo de papel, se leyó el Manifiesto de la Campaña-2014 de Caritas: “Construyendo espacios de esperanza”. Y también se incorporó a este manifiesto el Comunicado que Caritas-Aragón hacía público ese mismo domingo dirigido a las Cortes de Aragón: “Cáritas Aragón quiere transmitir a la comunidad cristiana su profunda preocupación por la reforma prevista del Ingreso Aragonés de Inserción ya que puede suponer un gravísimo perjuicio para muchas personas y familias necesitadas.”
ESCUELA DE CARIDAD. Este Gesto Público fue también el final de las actividades que Caritas Parroquial había preparado para las cinco semanas del tiempo de Cuaresma, todos los miércoles a las 7 de la tarde. Participaron unas treinta personas distintas con una asistencia en torno a las 18-20 cada día. Las tres primeras semanas fue una presentación general: el primer día a cargo de los miembros de Caritas Parroquial, otro día de una técnico de Caritas Diocesana y otro la presentación audiovisual de la Campaña 2014: “Construyendo espacios de Esperanza”. La opinión unánime, admirativa: ‘no sabíamos que Caritas era esto’.
Una iniciativa exitosa, que esperamos repetir en años sucesivos, con nuevos participantes. El cuarto día fue una celebración de oración, invitados todos los fieles. Todavía más satisfactoria.
Finalmente el último acto programado se trataba de invitar a todos y contar con su participación. Así pues, se pensó en hacerlo el domingo y a la hora de mayor concurso de fieles. Para ser testigos y partícipes, se invitó especialmente a los jóvenes de catequesis, dado que muchos niños y padres, ya están también presentes cada domingo.
Fue, en suma, un magnífico testimonio de fe, caridad y esperanza. Fue un gesto público. Y fue una fiesta parroquial. Porque se afianza y refuerza nuestra vocación cristiana de colaboración y servicio a las personas y a la sociedad. A todos damos las gracias.
José, sacerdote, por
Caritas Parroquial de Pina de Ebro