09 septiembre, 2015

El ser de Cáritas

Rebuscando...rebuscando... hemos encontrado el texto de una de nuestra compañeras de Cáritas Española, Ana Abril. A pesar de haberse escrito hace unos cuantos años, consideramos que hoy más que nunca está de actualidad. Para nosotros y para vosotros, la reflexión del día. 


Cáritas no entra en la lógica del sistema. Romper esa lógica es condición indispensable para alcanzar la liberación de los últimos. Antepone a  la persona y nos sitúa de otro modo, en nuestro pensar, sentir, ser y hacer.

Cáritas llama a ser común, cada uno aporta lo que es y entre todos  nace un “nosotros” del que forman parte, irrenunciablemente los preferidos de Dios.

Desde la luz del Evangelio y de la D. S. I., Cáritas renueva su opción por los últimos, sus elegidos,  se sitúa al lado de los que se sienten  invisibilizados, desahuciados, sin esperanza...

La dignidad de la persona se consigue con humanidad y justicia. Nos preguntamos si en nuestras ayudas, proyectos, acciones se causa alguna “muesca” a la dignidad de la persona, ¿habrá merecido la pena aquello que hayamos hecho?

Las excesivas desigualdades económicas y sociales son contrarias a la justicia social, a la equidad, a la dignidad humana y a la paz social. El sistema está organizado así.

El acompañamiento es la forma  en la que estamos en todo proceso, espacio y lugar. Sin esta dimensión nuestras acciones carecerían del espíritu de Cáritas. Tenemos que salir de nosotros para entrar en el otro, ”salir a su encuentro”.

La participación. Debemos estar alerta a aquellas acciones que nos sitúan en una relación de poder. En el seguimiento a Jesús, Cáritas, proclama la dignidad de la persona y defiende sus derechos fundamentales sin discriminación. Necesitamos  transformarnos cada uno de nosotros en el encuentro con el otro.

Las acciones de Cáritas son humanizadoras, se plantean desde el lugar de los últimos, son “esperanza”, demuestran que otra forma de vida es posible y lo realiza a través de la denuncia social y sensibilizando a la sociedad, camina hacia la utopía del Reino que se manifiesta cuando compartimos el amor recibido del Padre.

Vocación y compromiso. Cáritas es un reflejo de una opción de vida. Nuestro ser Cáritas debe entenderse como carisma, servicio y estilo de vida para ser transformadores allá donde estemos y, sabiendo de nuestra debilidad, cuidar la espiritualidad que nos hace fuertes y de la que mana nuestra esperanza, alegría y gratuidad.

Cáritas es fiel a sus valores, transparente en la información, dando espacios de participación y propuestas para compartir en todos los ámbitos de la vida diaria los bienes que son de todos y para todos.

Cáritas con serenidad y valentía se acerca a los que están al borde del camino porque no entra en la lógica del sistema (el éxito, el tener…), rompe esa lógica y prioriza aspectos diferentes (el ser, lo no rentable, la encarnación en la realidad…)


Anuncio y denuncia. Ante el incremento del poder de los mercados y el retroceso de la garantía de los derechos de la ciudadanía, Cáritas llama a la responsabilidad de cada uno de nosotros, a nuestra conversión personal, para todos juntos, alcanzar el bien común a través de crear estructuras de solidaridad.