El domingo por la mañana llegamos a la ciudad de Ramalla, capital administrativa de Palestina. Según la tradición aquí nació José de Arimatea y aquí fue donde se perdió Jesús y lo encontraron sus padres en el templo en Jerusalén. El párroco nos cuenta esto con mucho orgullo. Compartimos la eucaristia con esta comunidad, con un rito muy sentido y muy preparado. Es una comunidad joven, muchos niños, muchos adolescentes y matrimonios jóvenes. Impresiona verlos en la misa.
A continuación nos dirigimos a la Oficina de Negociaciones para la Paz de la OLP (Organización para la Liberación de Palestina) donde nos recibe Javier Abu Eid que nos explica los antecedentes del problema y los intentos de paz por parte de los palestinos en las negociaciones con Israel.
Oficina de la OLP |
Pide que la gente venga a Palestina, que conozca la situación y que la cuente. Las peregrinaciones, dice, orientadas de este modo son una gran ayuda, que también puede ser económica si se utilizan servicios palestinos. Hay que pensar en otro tipo de peregrinaciones distintas a las que las agencias ofrecen en estos momentos. Esto es esperanza para los palestinos.
A la comida en el centro de mayores de Ramalla acude un señor palestino a contarnos su experiencia. Desde 2004 no ha pasado ni una sola Navidad con su esposa y sus cuatro hijos. Siempre, uno o dos de sus hijos, está encarcelado por Israel acusado de pertenecer a una asociación estudiantil. Una detención tras otra. Es impresionante ver como va contando las escasas visitas a la cárcel, la vida rota de sus hijos y, cómo cada vez que detienen a un hijo, siempre de madrugada, su madre les lanza un grito típico palestino (que se hace para las fiestas) de ánimo, para que no se vayan tristes, que su madre está con ellos.
Este padre ha llegado a tener a 4 hijos en la cárcel |
En la parroquia de Nablus con el párroco |
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