11 marzo, 2015

El encuentro como camino para la paz

Con motivo del Día Internacional de la Mujer, Cáritas Diocesana de Zaragoza y las Canonesas del Santo Sepulcro organizaron el pasado 10 de marzo un Encuentro de Oración y Solidaridad con Palestina en la Iglesia de San Nicolás. A la oración asistieron cerca de 40 personas. 

¿Quieres saber cómo transcurrió este Encuentro?

Primer momento: ¿Cómo lo viven ellas? ¿Cómo lo vivo yo?
El encuentro de oración comenzó con la visualización de dos vídeos sobre mujeres. El primero de los reportajes mostraba cómo mujeres israelíes llevaban a algunas mujeres palestinas a la playa por primera vez. El segundo de los mismos trataba sobre la Jornada de la mujer en Jerusalem. Una jornada donde la reivindicación y la protesta se quedan a un lado, para dar protagonismo a un encuentro de carácter mucho más cercano y amistoso donde el paseo juntas durante esta jornada están convencidas de que es el primer paso para la paz. 
Tras un ratito de silencio para reflexionar sobre ¿cómo sin mis relaciones con los que me rodean?, se proclamó la Sagrada Escritura. 

Segundo momento: Gracias
El encuentro de Oración prosiguió con un momento de Acción de Gracias. Gracias por las relaciones familiares, de pareja, fraternales, con los compañeros de trabajo, los acompañantes de vida… por todos nos transmiten SU presencia, la del Padre, la del Dios de la vida. La canción de Laura Paussini “Las cosas que vives” enmarcó este momento con su mensaje y melodía.  

Tercer momento: Juntos
Las hermanas Canonesas invitaron a todos los asistentes a formar un gran círculo en la entrada de la iglesia. Circulo en torno a un atril que sostenía un montón de corazones unidos en torno a una imagen de Tierra Santa. 

“Hemos sido creados para vivir en relación con los demás, para comunicarnos con los otro, hemos nacido para el encuentro. Necesitamos, Padre, aprender a convivir respetando a los otros y aceptando a los que piensan diferente, valorando la diversidad” (extracto de la oración).


Tras dar lectura de la oración final, se entregó a los asistentes dos corazones con la encomienda de que uno debía permanecer junto a ellos y el otro debían regalarlo a alguien. 

Juntos construyendo el camino de la paz: desde el cariño, desde el amor, la comprensión, la tolerancia, la amistad...