El día 16 de enero recibimos la
visita, en la sede de Cáritas Diocesana de Zaragoza, de los delegados de primero
y segundo curso del Ciclo Formativo de Farmacia del Colegio Escolapias de Santa
Engracia. Está visita enmarcada en el proyecto de CDZ “ Educar la Mirada”.
Los alumnos de Farmacia de dicho colegio,
gracias al apoyo de su profesora y tutora Mapi, emprendieron el pasado
diciembre una iniciativa para apoyar la Campaña de Cáritas “Cáritas con
Filipinas”.
Con el compromiso de,
prácticamente, toda la clase de primer curso y algunos alumnos más de segundo,
comenzaron a coser corazones de fieltro en sus tiempos de recreo. Estos
corazones los fueron vendiendo, tanto
dentro, como fuera del colegio, animando a sus conocidos a colaborar en su
iniciativa.
Lograron su propósito: no sólo
consiguieron recaudar 600 euros, sino, además, consiguieron implicar a un montón
de gente, bien con su tiempo, su creatividad o su aportación económica.
La sonrisa con la que llegaron estos
alumnos a Cáritas lo dice todo. Las fotografías que ilustran este post son
reflejo de ello. Además nos entregaron el texto que sigue a continuación,
escrito por de una de las delegadas:
"Aunque
el ser humano se empeñe en dominar el mundo, hay algo frente a lo que somos
vulnerables, algo que hace que no nos diferenciemos del resto de los seres que habitan el planeta, y contra lo que
nuestra tecnología no puede luchar: la furia de la naturaleza.
En
este año que dejamos atrás, 2013, un tifón descargó su rabia en Filipinas. Miles de personas
perecieron. Miles de vidas se vieron truncadas sin remedio y, muchas otras, se
vieron dañadas con incuantificables pérdidas .
Pero
hay algo que sí nos diferencia del resto de los seres vivos: la capacidad de
ayudar, de reducir miles de kilómetros a centímetros con la fuerza de la
generosidad y el cariño.
Por
todo ello los alumnos del ciclo formativo de Técnico en Farmacia y Parafarmacia
del colegio de Escolapias de Santa Engracia, puso en marcha un proyecto humilde
de recaudación de dinero para este país malherido, dedicando el descanso del
almuerzo a confeccionar corazones de fieltro con el mensaje de “Todos con
Filipinas”, que posteriormente vendieron a familiares, amigos y compañeros por
2 euros.
Y
fue entonces cuando ocurrió el milagro. Fue entonces cuando se estableció una
conexión directa entre países lejanos. Fue entonces cuando las manos afanosas
que cosían los corazones entre sonrisas y sorbos de café caseros podían casi
estrecharse con las de los afectados. En ese momento su corazón era uno sólo.
Esta unión se hizo efectiva por medio de Cáritas, mediador que envía el dinero a la zona afectada para
poder colaborar en su recuperación.
Estos humildes corazones han recaudado
aproximadamente 600 euros. De esta manera es como el ser humano consigue, con
diminutos granitos, construir un castillo de arena.
Tuve la suerte de formar
parte de este proyecto: del calor de las sonrisas, del café casero, de las
galletas, de las manos que cosen, de las que cortan, de las que estampan el
sello… ese número de manos que ansiosas esperaban su turno, ya que había más manos
que material para trabajar. Todo esto fue lo que llenó mi corazón de esa sensación de
cercanía, a pesar de la distancia. La tecnología sí sirve para convertir en
efectiva esta ayuda en cuestión de horas, pero es el cariño inmenso el que lo
hace viable. Gracias a todos por aportar un granito más al castillo. Gracias
por ser tan humanos."
Ione Betrián, delegada de primero de Farmacia.
Cáritas Diocesana de Zaragoza y
su proyecto de educación en valores “Educar la Mirada” agradecen a la profesora
y a sus alumnos esta preciosa iniciativa solidaria en favor de Filipinas
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