07 agosto, 2013

Diario del día 1 de agosto: En Jerusalem





 
En la iglesia del Santo Sepulcro

Hoy hemos paseado a pie, por primera vez, por Jerusalem y me he sentido realmente mal. El paso estaba muy concurrido y hemos estado muy controlados. Sin duda  la parte mas sorprendente es la cantidad de dificultades que tiene la población para pasar el muro. Cuando a todos los habitantes les mirán detenidamente toda la documentación, a los turistas, solo con ver que el pasaporte es de diferente color, podemos entrar sin ningún tipo de problema.

Al llegar a Jerusalem hemos acudido a la sede central de Cáritas. Allí nos han explicado todas las actividades que  desarrollan. Destacan, además de las sociales, las de tipo médico (pagar alguna operación), de tipo burocrático (facilitar que algunos presos en cárceles palestinas puedan salir) y otras sobre  seguridad alimenticia.


  
Posteriormente empezamos nuestro particular Via Crucis.
Huerto de Getsemaní
 

 


 Comenzamos en el monte Getsemaní, para proseguir por la Via Dolorosa y acabar en el Santo Sepulcro. Cuando digo particular, me refiero a que hemos contado con un guía muy especial: nos ha hecho un símil de cada estación del Via Crucis, empezando la primera de ellas con el desatre de 1948, año en el que los palestinos fueron expulsados de su tierra al crearse el estado de Israel.  

8ª Estación del Vía Crucis




Hemos comido en un restaurante con comida típica palestina, que ha hecho las delicias de todos nosotros. Después de comer, y una vez más,  aprovechando que contábamos con el representante de Cáritas Jerusalem,él nos ha indicado cual era el establecimiento más adecuado para hacer compras de souvenirs en Jerusalem.

Despues hemos tenido una reunión con un ciudadano de la parte este de Jerusalem, que sufría todo tipo de sabotajes para que abandonase su casa. Nos ha contado el proceso desde que empezó y cómo llegaron los nuevos "vecinos" a su casa.


La cena ha sido en un restaurante muy famoso en la montaña más alta de Beit Jala, desde el cual se veía toda la ciudad, e incluso parte de Belén. Una vez más la comida fue totalmente palestina y al finalizar la misma tuvimos una sesión de bailes de esa zona. Algo que la mayoria de españoles ya vamos dominando.