El pasado 17 de octubre, a solicitud de la Fundación Humanismo y Democracia, el Secretario General de Cáritas Aragón –Francisco Yagüe- participó, junto a seis entidades más, en una mesa redonda sobre el trabajo de inserción social que viene realizando Cáritas Diocesana de Zaragoza. La Jornada de Intercambio de Experiencias Hispano-Filipinas, se enmarcó en la intervención con mujeres víctimas de violencia doméstica y de género, dentro de las actividades del Convenio “Mejora de la calidad de vida y acceso a los servicios de víctimas de la violencia de género” que se está ejecutando en Filipinas. Con este motivo H+D realizó una serie de encuentros para el intercambio de experiencias entre distintas entidades sociales de Madrid y Zaragoza, con una delegación filipina que trabaja directamente con los beneficiarios del convenio y cuyos integrantes están relacionados con los ministerios de las áreas: Social, Sanitaria y Educativa, así como de su contraparte local en el país, Philippine Business for Social Progress (PBSP).
En su turno Francisco presentó algunas claves de intervención social, teniendo en cuenta que Cáritas no dispone de ningún tipo de servicio o prestación directa destinados a esta realidad social, por lo que su miniponencia se centró en el modelo de acción social de Cáritas para personas en riesgo o situación de exclusión social.
Entre los conceptos aportados dijo que “la exclusión se genera por la ruptura de dos mecanismos: el de integración y el de arraigo. Normalmente ponemos el acento en la integración favoreciendo el acceso a la formación, al empleo, a la vivienda, la salud, etc. Sin embargo, resulta fundamental trabajar el mecanismo del arraigo, ya que con él se trabaja el sentido de pertenencia y los vínculos, familiares y sociales. Posiblemente las mujeres víctimas de la violencia sufren un gran deterioro de este tipo de mecanismos, necesitando recuperar sus vínculos familiares, de vecindad, amistad, etc.”
Además, dijo que “por otro lado, es preciso trabajar de forma integral tres factores con los que nos enfrentamos en la intervención social: las carencias, la dependencia y el aislamiento. Así, es muy importante no sólo intervenir desde el punto de vista del no tener, ofreciendo protección (garantía de rentas), vivienda, etc., sino también desde el de promocionar a estas personas desde la formación en habilidades, autoestima, formación para el empleo, etc. y, por supuesto, en hacer frente al aislamiento que sufren con acciones que promuevan su participación en la sociedad”.
Por último, el Secretario General expuso una experiencia de intervención con mujeres en el ámbito rural, donde los recursos son escasos, y donde estas claves pueden resultar exitosas: Taller de Formación para mujeres en Gallur (Zaragoza): Por la tarde se visitó la casa de acogida para mujeres en riesgo de exclusión de Cáritas Diocesana de Zaragoza, para conocer de primera mano sus experiencias.
