11 mayo, 2020

La acogida en tiempos del COVID-19

En este tiempo de confinamiento seguimos poniendo en valor esas acciones que se están llevando a cabo en la diócesis y en nuestra Cáritas y que ejemplifican estupendamente ese “ser comunidad” del que hablábamos en la campaña de la pasada Navidad. Hoy os acercamos cómo lo están viviendo en el servicio de Acogida General a través de Mayte, una de esas ´voces´ amables que atienden la centralita de la sede de Cáritas en Zaragoza. 

Me gustaría compartir con todos vosotros una reflexión que lleva en mi interior todas estas semanas de intenso trabajo desde casa, y es que mi labor es atender el teléfono de la centralita de Cáritas en Zaragoza. Digo teléfono, porque desde mitad de marzo, ese primer encuentro no lo podemos hacer presencialmente. Y es que trabajar desde casa ¡es tan distinto! Echo en falta las acogidas en persona, ver la cara de las personas que atiendo, los saludos de mis compañeros cada mañana y también echo en falta los encuentros de mi comunidad de vida, mi catequesis, el resto de mi familia, mis paseos por el mar, entre otras muchas cosas. Pero intento dar lo mejor de mí a pesar de todo lo que echo en falta.


Día a día, intento que no me afecten las cosas que me cuentan las personas que llaman pero resulta realmente complicado. Cuanta desesperación y cuanto dolor está causando este maldito virus. Es un choque emocional fuerte, porque te hace descubrir lo privilegiados que somos nosotros. Entonces, piensas y te consuela lo importante que es toda la labor que estamos haciendo desde Cáritas, como se han volcado todos los compañeros, muchos voluntarios que pueden seguir colaborando desde sus casas y que buen equipo hacemos. Pero, amigos, muchos días me quedo con la sensación de ¿qué más podemos hacer? 

El otro día leyendo la biblia, me fijé en el pasaje de Lucas "Camino de Emaús". Y me hizo pensar en lo que estamos viviendo ahora. Después de cada llamada, de cada familia que contacta con nosotros pidiendo ayuda, al igual que los Discípulos, siento como el corazón me arde por dentro y me preguntó ¿Jesús dónde estás? Tras orarlo, puedo decir que ahora más que nunca está visible en todas y cada una de esas personas que luchan cada día por hacer la vida más llevadera de los que sufren y entre ellas estamos todos nosotros. Está claro, que el COMPROMISO SOCIAL es el testimonio religioso más provocador de Fe en estos momentos. Ojalá que todos veamos esto como una OPORTUNIDAD para empezar a ver la vida con otros ojos y descubrir su verdadero sentido en lo más pequeño y en lo más sencillo. 

Foto de archivo de todo el equipo de Acogida General de CDZ
Y finalizo con esta frase: "Resulta curioso que, en mitad de esta extraña situación llena de dolor e incertidumbre, podamos reencontrarnos con la belleza o la verdad"... y que tan cierto es. Cueste lo que cueste, no dejemos de SONREIRLE a la VIDA para seguir ayudando a los demás.