El pasado 19 de febrero, monseñor Agrelo impartió la conferencia "Ver para acoger" en el salón de actos de la Casa de la Iglesia. Más de 240 personas acudieron a la cita para escuchar al arzobispo de Tánger que vino a Zaragoza invitado por Cáritas diocesana con motivo de la inauguración de la exposición "Encontrar para encontrarnos". Pueden escuchar el audio y/o ver el vídeo al final del artículo.
Con una voz sosegada y profunda pero a la vez firme y contundente, monseñor Agrelo habló durante más de 60 minutos del drama de los que se ven obligados a huir de su país. Pero fue más allá, incidió de forma clara y precisa en la responsabilidad que tenemos los cristianos de vencer a la desinformación, para luchar contra la indiferencia que nos hace inmunes a la compasión para los que sufren a nuestro alrededor. No le falló la voz para culpar a los medios y al poder político de "cerrarnos los ojos para que en los caminos de la emigración no veamos a hombres, mujeres y niños -como nosotros- sino que veamos a irregulares, ilegales, terroristas... como amenaza". Afirmó que ese ´virus´ de la indiferencia que nos ha infectado provoca sin duda un abismo entre nosotros y Dios mismo.
Con muchas referencias bíblicas y a grandes filósofos fue entretejiendo un discurso que no dejó a nadie indiferente. Desde su vivencia diaria con los más pobres, habló con ternura y con dolor de lo que como persona sufre cuando ve y oye. Y con esos verbos apeló a la necesidad de escuchar para poder ver, para ver al de al lado como igual, como ser humano, igual en derechos. Y en la necesidad de ´mirar como Jesús´. Agrelo hizo referencia entonces a un escrito de Simone Weil que dice así "el benefactor de Cristo no siente ninguna distancia entre la persona que tiene delante y el mismo (...) el impulso de dar de comer es tan instintivito como el de comer uno mismo (...) Y quien así actúa no se le ocurriría decir que se ocupa de los desdichados por el Señor: sería tan absurdo como decir que come por el Señor. Aquellos a quienes Cristo mostrará su agradecimiento son los que dan de la forma que ellos mismos comen".
Monseñor Agrelo concluyó su intervención, no sin antes emocionar al público con sus testimonios de vida en Tánger, afirmando que "sino vemos a los pobres, negamos a Dios. La ceguera ante el dolor humano es una forma radical de negar a Dios, pues es negación de lo que Dios es: amor compasivo, misericordioso, simplemente amor".
Sin duda, una conferencia brillante, para abrirnos los ojos y los oídos que permitan hacer sentir al corazón el dolor por el sufrimiento ajeno. Los más de 240 asistentes recogieron el testigo de don Santiago. Ojala sus frutos empiecen pronto a florecer como la llegada de la primavera.