18 junio, 2020

Testimonio: la importancia del acompañamiento

Seguimos queriendo poner el valor en la importancia del acompañamiento de las familias que se acercan a nuestra Cáritas. En especial a nuestras Cáritas parroquiales. Los equipos de voluntarios y los sacerdotes son una parte esencial cuando las personas acuden a solicitar ayuda. Gracias a ellos, ejemplificamos esa "iglesia de puertas abiertas" que estamos llamados a ser. Esa cercanía y acogida que como seguidores de Cristo, debemos ofrecer al hermano. Hoy compartimos con todos vosotros la carta de un matrimonio muy especial. 

Hace casi dos años que salimos junto a nuestros dos hijos de nuestro país de origen obligados por circunstancias difíciles que allí nos tocó vivir. Con nuestra vida en dos maletas y un montón incertidumbre llegamos a España. Un país totalmente nuevo para nosotros. Un país que nos recibió con los brazos abiertos y que poco a poco hemos ido conociéndolo más. Este largo recorrido nos ha enseñado a valorar lo que realmente importa en la vida: pasear por la calle con libertad, decir te quiero a nuestros seres queridos, a que las cosas materiales nos hacen la vida más fácil pero que no las necesitamos tanto como pensábamos… 


Llegamos a este barrio de la Almozara porque Dios así lo quiso. Uno de los primeros días, andando por sus calles, vimos el nombre de la parroquia del barrio: Nuestra Señora del Rosario. En ese momento se nos erizó la piel, la parroquia de nuestro pueblo en Venezuela, casualmente, se llamaba igual. Decidimos entrar. Y en ella encontramos no sólo a Dios también a personas que hoy forman parte de nuestras vidas y que nos han abierto las puertas. No solo han sido una mano amiga sino también nos brindaron su ayuda cuando más lo necesitábamos, ofreciéndonos un hogar donde vivir temporalmente incluso. 

Hoy gracias a Dios, nos hemos ido abriendo camino y hemos podido alquilar un piso en el mismo barrio con nuestros propios medios. 

Queremos agradecer de corazón a todas y cada una de las personas que nos han tendido esa mano amiga. Sobre todo, al párroco, Sergio, y el equipo de Cáritas de la parroquia, en especial, a Ramón que nos ha acompañado desde el principio. 

A toda la familia de Cáritas sin excepción, mil gracias y que Dios les bendiga.