06 septiembre, 2018

Trabajamos por las personas: la particular lucha de Med

En Cáritas tenemos la suerte de trabajar con y para las personas. Cada una de las personas con las que trabajamos nos ayuda a mejorar como profesionales y como hermanos.

Porque entendemos que no debemos permitir que las normas dirijan nuestras intervenciones, sino adaptarlas a las necesidades reales de las personas, en Caritas seguimos trabajando siendo altavoz de los sin voz. A continuación compartimos la historia de Med (nombre ficticio) acompañado por nuestra trabajadora social, Marisol. 

Med es un joven subsahariano que sale de su país en 2001 y llega a España en patera en 2002.  En su momento, consideró que tenía un 20% de posibilidades de llegar y  80%  de  morir.  Pero  vino  dispuesto  a  trabajar  en  cualquier cosa. Durante los tres primeros años lo hace “en negro” por carecer de documentación. En 2005, cuando  consigue  regularizar  su  situación,    comienza  a trabajar en la recogida de fruta y como peón en la construcción. Por fin, puede enviar dinero a su familia. Con  tal  mala  suerte  que  en  2013,  Med  tiene  un  accidente laboral  por el que pasa tres meses trabajando con  medicación  continua,  con  muchos  dolores  de  cuello y cabeza. Un día, tras no poder levantarse ni de la cama, le ingresan. Ese día, le detectan un tumor en la cabeza. Es operado una y otra vez, y aún hoy sigue con dolor de cabeza continuo, mareos, problemas de visión  e  inestabilidad  lo  que  le  obliga  a  caminar  con  muleta.
Med  carece  de  ingresos,  ya  que  el  empleador  le  dio de baja del contrato y nadie gestionó su baja por enfermedad. Al principio le ayudaron sus amigos pero ya  no  están  en  Zaragoza.  Una  trabajadora  social  lo  derivó a Cáritas. En su día, no le fue concedida una ayuda de urgencia, ni  el  Ingreso  Aragonés  de  Inserción  (IAI)  y  tampoco le  concedieron  la  pensión  no  contributiva  porque  le  faltaban  unos  meses  de  cotización  al  no  contarle  el tiempo de hospitalización. El año pasado comenzó a trabajar pero el primer día se cayó y tuvo que dejar el trabajo. Su médico le aconsejo  no  trabajar  por  el  riesgo  que  corría  y  le aconsejó que no volviera a su país por el tratamiento que está llevando.
Desde  Cáritas  se  le  apoya  emocionalmente  y  se  le  orienta  en  muchos  temas.  Por  ejemplo,  en  el  de  tramitación  de  reagrupación  familiar  ya  que  necesita  ayuda para su vida cotidiana. Se le da apoyo en toda la gestión legal que va necesitando y acompañamiento ante  el  Centro  Municipal  de  Servicios  Sociales  ya que  en  agosto  le  concedieron  el  IAI  y  le  asignaron  un  educador  familiar  para  ayudar  a  su  esposa  en  su  proceso de integración.
Med,  cada  día,  da  gracias  a  Dios  y  a  Cáritas  por  todo el apoyo y sobre todo a Marisol porque ha sido para él su segunda madre. Con serenidad y paciencia ha decidido mirar hacia adelante, tiene ganas de vivir a pesar de su diagnóstico. Su  esposa  está  aprendiendo  castellano  para  poder  trabajar y está viendo crecer a su hijo. Los dos le dan fuerza para vivir.