21 junio, 2017

Cáritas se suma al día mundial de las personas refugiadas

Ayer, 20 de junio, Cáritas Diocesana de Zaragoza se sumó a la iniciativa "Derribemos muros, construyamos puentes"  con motivo del Día Mundial de los Refugiados.
 
Así pues, cientos de personas se sumaron y formaron una cadena humana que abrazó al río Ebro. Además se leyó un manifiesto solidario y reivindicativo pidiendo el cumplimiento de los acuerdos en materia de refugiados y a favor del respeto a los derechos humanos de todas las personas, en especial de aquellas que tienen que huir de sus hogares forzosamente. 


 MANIFIESTO
 Derribemos muros, construyamos puentes
Este 20 de junio, Día Mundial de las Personas Refugiadas, queremos hacer un llamamiento para que las personas refugiadas no caigan en el olvido cuando desaparezcan de los informativos y la agenda política inmediata.
Las organizaciones que subscribimos este manifiesto desde Aragón recordamos, con motivo del Día Mundial de las Personas Refugiadas, cinco puntos que creemos fundamentales:
· Dar atención, acogida y apoyo a quienes huyen de la guerra o la persecución no es únicamente una cuestión de solidaridad, sino de justicia, y es un imperativo que nace de los compromisos internacionales adquiridos por España y la UE.
· Garantizar vías de acceso legales, seguras y efectivas al territorio europeo es vital para las personas refugiadas. Será la única manera de detener la terrible masacre que se vive en el Mediterráneo, mar convertido en una vergonzante fosa común.
· Multiplicar el apoyo a los países limítrofes a las zonas de conflicto, que asumen la mayor parte de la responsabilidad de la acogida, es fundamental. Sólo en Líbano se refugian más de un millón de sirios y sirias, un número tan alto como el total de personas que, desde todo tipo de países, llegaron por vía marítima a la UE en 2015.
· Acabar con la necesidad de huir es la mejor forma de apoyar a las personas refugiadas. La resolución de conflictos, la defensa de los derechos humanos, sociales y civiles, la eliminación de la pobreza y la promoción de los procesos democráticos deben ser las grandes prioridades de las relaciones internacionales.
· Garantizar una estructura sólida de apoyo a las personas refugiadas en los países de acogida es indispensable: agilizando procedimientos, desarrollando instrumentos jurídicos, garantizando los recursos adecuados, incidiendo en el acceso al empleo y apostando por la sensibilización social.