Durante los meses de julio y agosto se ha llevado a cabo un proyecto de trabajo con menores y sus familias dentro del campo de la intervención social. De lo mucho aprendido durante estos meses se adivina una iniciativa que habría que potenciar en el futuro.
Este Espacio TORRECHICLÁN nace desde el descubrimiento de los nuevos problemas sociales que afectan a las familias más desestructuradas y, como consecuencia, a sus hijos, aprovechando toda la experiencia y buen hacer de la Colonia Urbana de Verano de Cáritas que había sido un referente imprescindible en los veranos de la ciudad durante más de 15 años. El espacio Familiar ofrece un espacio educativo tanto para padres como para niños de familias en situación de desventaja social, incidiendo en la dinámica familiar, partiendo de la implicación de la comunidad y buscando el compromiso voluntario en su desarrollo. Al mismo tiempo supone una experiencia de trabajo en red con entidades que intervienen con menores y sus familias, comenzando este año con las organizaciones coordinadas por Cáritas en el programa Caixa Proinfancia.
El trabajo se ha realizado tomando a la unidad familiar como punto de arranque de toda la intervención posterior; ya no es una intervención sólo con menores o sólo con los padres y madres; es una intervención integral con todos los miembros de la familia. A lo largo del verano se realizaron actividades con los niños, con las madres y padres y conjuntas, en las que se trabajaron diferentes aspectos: comunicación, higiene-salud, ocio-tiempo-libre, medio ambiente, habilidades parentales, organización del hogar y conocimiento de recursos sociales y culturales de la ciudad.
Han participado 33 menores de edades comprendidas de 0 a 12 años; 16 madres, de las que 10 forman familias monoparentales; han participado, además, 2 padres. La media de asistencia diaria a lo largo de los dos meses ha sido de 9 familias y unos 18 niños. Cuatro familias han asistido todos los días durante los dos meses de duración del Espacio TORRECHICLÁN.
La experiencia piloto realizada ha sido valorada positivamente tanto por las familias como por los agentes intervinientes, viéndose como un proyecto complementario a la labor que se realiza desde los ámbitos educativos (escuela y tiempo libre)) y sociales (servicios sociales y educación familiar). Uno de los grandes retos ha sido poder establecer unos ritmos de trabajo diario lo suficientemente flexibles para que se adaptaran y dieran respuesta a la realidad social, tan cambiante cada día, de las familias inscritas en el proyecto.
El trabajo realizado incide en tres ámbitos:
1. Trabajo integral con familias: observación, diagnóstico e intervención
2. Hacer posible la creación de espacios de relación, disfrute y fiesta.
3. Potenciar procesos de desarrollo comunitario y de compromiso voluntario
Esta experiencia tan enriquecedora, desarrollada en el barrio zaragozano de Torrero, ha sido posible gracias al trabajo desinteresado de 16 voluntarios, de la colaboración del colegio “El Buen Pastor” y del Stadium Venecia.
Además han participado en el buen desarrollo del proyecto el Centro de Tiempo Libre “El Trébol”, el Gabinete de Terapia Familiar, la Fundación ADUNARE, la Asociación “OS MESACHES” y la Asociación de Madres “Vía Láctea”, todos ellos participantes del Programa Caixa Proinfancia que coordina Cáritas en Zaragoza.
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