02 marzo, 2020

Un hogar más que una vivienda


A veces, tener un techo bajo el que vivir puede parecer suficiente, porque muchas personas ni si quiera disfrutan de este derecho básico, pero la definición de hogar tiene una connotación más extensa. Un hogar es aquel espacio en el que una persona o familia puede vivir dignamente, compartir su día a día, sentirse seguro y tener intimidad. 

Esta es la sensación que María ha conseguido recobrar después de la rehabilitación realizada en el piso donde vive junto a su marido enfermo y sus hijos. La reforma de su casa ha sido un sueño, que ni siquiera ella se planteaba, pero gracias a la Fundación Arquia y el apoyo de Cáritas Diocesana de Zaragoza se ha hecho realidad. 

Tras el contacto con el arquitecto, que facilitó la Fundación, se visitó el domicilio y se redactó el proyecto de ejecución de la obra, que se focalizó en el aislamiento de la terraza para evitar goteras en la planta baja de la vivienda, en la que se desarrolla la vida diaria de la familia. 

El impacto de las obras ha sido inmediato puesto que su ejecución se ha llevado a cabo en enero, un mes con condiciones climatológicas adversas. En una carta de agradecimiento escrita de su puño y letra, María nos cuenta que “cuando llovía, a causa de las goteras, tenía que poner cubos y plásticos para intentar que las camas de mis hijos y la mía no se humedecieran. Ahora con esta mejora, ya podemos dormir tranquilos”. 

Sus palabras llenas de gratitud hacia la Fundación, Cáritas y, especialmente, hacia Ana Serena, educadora social que les acompaña en el Proyecto de Acompañamiento San Nicolás de nuestra Cáritas, demuestran la importancia de esta actuación para la familia. Ana nos explica cómo estas obras han ayudado a “dignificar la vida de estas personas, no sólo por el impacto de la habitabilidad de la vivienda, sino por la repercusión que va a tener a nivel de salud tanto física, al reparar las humedades, como mental, debido a la reducción del estrés que suponían los días de lluvia, afectando a la dinámica familiar y a la convivencia”. 

Todo ello, influirá positivamente también en la intervención socioeducativa que se realiza con la familia desde San Nicolás, porque va a permitir seguir reforzando hábitos de organización doméstica y el cuidado de la vivienda, entre otros objetivos. 

María se despide en la carta admitiendo con esperanza que en ocasiones se derrumba, especialmente por la enfermedad de su marido, pero “me recupero nada más llegar a San Nicolás. Sois como ángeles. Gracias por vuestra ayuda”.