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| Javier Vitoria y el Director de Cáritas |
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El pasado día 18 de junio tuvo lugar, dentro de los actos de la Campaña del Día de Caridad, una conferencia titulada “Construyendo la esperanza en tiempos de Crisis”, cuyo ponente fue Javier Vitoria. Javier es sacerdote de la Diócesis de Bilbao y teólogo; además ha sido profesor de la Universidad de Deusto y es miembro de Cristianismo y Justicia.
A continuación se resumen algunas de las ideas fundamentales que Javier expuso en su conferencia.
En la introducción afirmó que la esperanza no es un vino quinado, sino que hay que cocinarlo día tras día y que no existiría el cristianismo si no existieran hombres y mujeres que, en el secreto de su intimidad, se atrevieran a esperar lo imposible.
¿De qué depende nuestra esperanza?
Nuestra esperanza no depende de la realidad, es la realidad la que depende de nuestra esperanza. Nos equivocamos al creer que nuestra esperanza depende de nuestros análisis porque lo que necesitamos es un cambio de perspectiva que nos permita descubrir y fortalecer señales de futuro que permitan mantener la esperanza contra toda esperanza (como afirma San Pablo). Constantemente preguntarnos: Centinela ¿qué ves en la noche?
El futuro depende de nuestras visiones, nuestros deseos y sueños. El futuro actúa en el presente, cuando ponemos las bases para anticiparlo. Hay que ubicarse en el presente, en el marco de un proyecto de futuro, con una mirada esperanzada que transforma la realidad. Tenemos que aprender a ver cuáles son los “inéditos viables”, los signos del Reino que nos anticipan la realidad.
¿De qué vive la esperanza cristiana?
1) Como seguidores de Jesús estamos llamados a esperar lo que esperó Jesús: el Reino de Dios. Nos mueve y alimenta la utopía del proyecto de Dios, de que es universalizable para todos los hombres pero que excede de la realización humana. Jesús fue un aparente perdedor que chocando con la noche oscura esperó y confío en el Padre.
2) La experiencia de la Resurrección. El resucitado nos permite tener ilusiones. Su espíritu resucitado puede ser muchas veces derrotado pero nunca desalojado, porque siempre hace brotar ilusiones en los seguidores de Jesús. Es necesario reconstruir internamente la esperanza.
Por ello, del mismo modo que la memoria de resucitado nos invita a TENER ilusiones, la memoria del Crucificado nos prohíbe que nos HAGAMOS ilusiones. A veces nuestra desilusión nace de una concepción errónea e ingenua de la esperanza.
Talantes para construir la Esperanza
La esperanza nace para consolar a las víctimas de la injusticia y está al servicio de los crucificados de este mundo:
La honradez con lo real: solidarizarse con la historia que por gracia nos ha tocado vivir.
Soñar el sueño de Dios
Transformar la realidad en la medida de lo posible sabiendo que Dios da lo imposible.
Contemplar la bondad que circula por nuestro mundo.
Recibir el aliento y la compañía de los testigos.
¿Qué gestos podrían ser signos de Reino, que nos muestran que otro mundo es posible?
A partir de la exhortación evangélica “Evangelii Gaudium” nos invita a contemplar la realidad y a llevar a cabo gestos que sean signode Dios:
Gestos primeadores: acogida en Cáritas a todas las personas.
Gestos de involucración: “complicarse” la vida
Gestos de acercamiento al dolor del hermano, que nos “interrumpe la vida”: prácticas que devuelven el mercado a Dios y lo ponen al servicio de las personas (no del dinero), gestos de indignación ciudadana (la indignación es la otra cara del amor),…
Gestos de acompañamiento a las personas a que recobren su dignidad para que despierte en ellos una conciencia de su valía personal y de ser amados por Dios
Gestos festivos: festejar los pequeños logros, la capacidad de vivir juntos y de mantener nuestra esperanza.
El acto se celebró en el salón de actos del centro “Joaquín Roncal”, de la Fundación CAI-ASC, que registró un lleno total. El conferenciante fue muy aplaudido.
Galería de fotos del acto
