Cartel de la Campaña de Navidad 2013 |
En la próxima Navidad daremos
comienzo en Cáritas a una Campaña de
sensibilización centrada en la necesidad de la esperanza. Hace poco afirmaba el
Papa Francisco: “¡No os dejéis robar la esperanza!” Vivimos unos tiempos en que
es preciso alimentar, personal y socialmente,
la necesidad de mirar al futuro con la
decisión firme de construir entre todos una sociedad donde las personas puedan
vivir con dignidad. Los cristianos sabemos, como insistía Juan Pablo II, que estamos llamados a construir una “civilización del amor”, una sociedad y
un reino nuevos a los que nos debemos sentir invitados y urgidos.
La crisis actual ha tocado a la estructura misma del sistema económico,
hasta convertirse en una auténtica crisis de valores. La realidad social se ha
transformado en estos años, generando una mayor vulnerabilidad en las familias y una exclusión
más intensa para quienes ya estaban en los márgenes. Un modelo de sociedad que extiende la pobreza y la
desigualdad. Se constata también, en parte,
indiferencia e insensibilidad en
quienes ostentan la responsabilidad política, en todos los niveles. Quienes
gobiernan no han reaccionado en estos años de forma ágil y pronta ante lo que
constituía una auténtica epidemia social.
Como ha hecho siempre, Cáritas
denuncia la pérdida de derechos que han sufrido tantas personas y, al mismo
tiempo, abre caminos de solidaridad y de fraternidad. Animamos la caridad –el
amor de Dios- en nuestras comunidades cristianas y hacemos una siembra de
sensibilidad en la sociedad entera, conscientes de que ninguna persona es
auténticamente humana sino es sensible a las necesidades y problemas de los
otros.
En medio de estos tiempos tan duros, en Cáritas hemos
visto claros signos de esperanza, como la llegada de muchos nuevos voluntarios,
que se han querido sumar a esta tarea, así como la generosidad de tantas personas dispuestas
a compartir lo suyo –sea mucho o poco- con quienes no tienen casi nada. Nuestra
Cáritas pudo acompañar en 2012 a 5.122 familias que estaban en situación de
pobreza gracias al esfuerzo de 1.236 voluntarios y de los trabajadores de la
institución, contando siempre con la generosidad de 7.080 socios. Gracias a todos
ellos se va abriendo camino esa civilización del amor que se basa en el mandamiento
nuevo de Jesús.
Carlos Sauras