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El ponente, Elías Royón y el Presidente de Cáritas, Rafael del Río |
Para el jesuita Elías Royón, presidente de la
Conferencia Española de Religiosos (CONFER) --entidad confederada a Cáritas--, la
única manera de “discernir lo que Dios quiere de nosotros en la acción
caritativa y social” es a través de “una mirada excéntrica al mundo que nos
saque “fuera” de nosotros mismos y nos
lleve a las periferias, para que los pobres entren en nuestras vidas y las
conviertan”.
Mirada al mundo y a Jesús
Esta
es una de las conclusiones propuestas por el ponente en su reflexión sobre el
tema “Actitudes para un discernimiento común en el espíritu”, en torno al que
giró la ponencia marco de la 70ª Asamblea General de Cáritas Española celebrada
el pasado fin de semana en la localidad madrileña de El Escorial.
Junto a esta mirada al mundo
como referencia imprescindible en todo proceso de discernimiento, “una mirada
que es capaz de atravesar las apariencias y que huye de la superficialidad de
las primeras impresiones y de los juicios precipitados”, Royón apeló también a
la indispensable “referencia explícita a Jesús, el Señor; a la pasión única por
Cristo y su causa, al proceso apasionado de identificación con Cristo, que es
esencial para nuestra misión caritativa y social, y conlleva el vaciamiento de
mis a priori sin lo cual no es
posible discernir”.
Lugares, estilos y actitudes para el discernimiento
Además de estas dos referencias,
el presidente de CONFER identificó los dos lugares, los dos estilos y las dos
actitudes que pueden servir de ayuda para prepararse a una buena elección, a un
adecuado discernimiento.
En
cuanto a los lugares, recordó que “nuestros proyectos se pueden discutir en
Babilonia y se pueden dialogar en Jerusalén. En Babilonia siempre hablamos
desde fuera, porque es el lugar al que no pertenecemos. Es el lugar del exilio,
de la cautividad, donde no hay comunión. No somos iguales, mayores y jóvenes,
conservadores y progresistas, los del norte y los del sur, modernos y
postmodernos constituyen siempre dos nosotros. En Babilonia las diferencias son
excluyentes, la discusión es divergente”.
Sin
embargo, “en Jerusalén, estamos en casa. Nos congrega el Señor que nos ha
convocado y nos dio la ciudad. La
conversación es convergente, se dialoga, se respeta y acoge la diversidad. Solo
hay un nosotros. Un solo corazón y una sola alma”.
Sobre
los dos estilos propuestos para acometer el discernimiento, Elías Royón señaló
dos modos contrapuestos: “Hablar desde la cátedra: defendiendo posturas, prepotente,
defendiendo la propia verdad, sin la más mínima duda, investidos de la verdad.
O el estilo de Jesús: en la fila de los pecadores; sencillo y humilde, que
propone, escucha, comparte”. “Un grupo en el que todos hablan desde la cátedra –afrimó--
difícilmente logrará la paz y será totalmente estéril.
Por
último, en su reflexión identificó dos actitudes posibles ante el proceso de
discernimiento. Una de ellas es la “oración humilde y confiada”, ya que “para
no ser engañados necesitamos una luz que viene de lo alto, una luz que no viene
de nosotros, para conocer los `engaños luminosos´, las `falsas luces´” y la
otra es “la actitud del que se cree lúcido, convencidos de que nuestras
posturas o soluciones son las verdaderas y eficaces, y que no vamos a ser engañados;
ni siquiera nos situamos en la posibilidad de serlo”.
El desafío de elegir
Estas
claves de discernimiento son indispensables en unos momentos en los que, como
alertó el presidente de CONFER en el preámbulo de su ponencia “nuestra capacidad
de decisión es cada vez más reducida, no solo a causa de la creciente
complejidad de los factores que intervienen y las incertidumbres sobre el
futuro, sino de modo particular por el influjo creciente de la cultura
postmoderna que llega incluso a formular como una utopía `la renuncia a la
renuncia´”.
Elegir
supone, en opinión de Royón, un desafío “porque optar es precisamente
renunciar, dejar de lado algo que podría ser prometedor, gratificante,
enriquecedor en el futuro”. “Ahí está el problema, ya que la sociedad actual
nos invita a disfrutarlo todo sin renunciar a nada. Y nunca tuvimos a nuestra
disposición tantas posibilidades para optar”. Para el ponente, “Internet en los
últimos años ejemplifica, quizás como ninguna otra cosa, esta nueva situación
que experimentamos, que no es ajena al ámbito de la acción socio caritativa.
“No
obstante todo esto –añadió--, no podemos vivir, a nivel personal y comunitario,
sin elegir; nuestra existencia está salpicada de elecciones más o menos
conscientes o irreflexivas. Y el grado de madurez humana se mide desde la
capacidad de tomar decisiones que comprometan nuestra libertad”.
“Lo
mismo se puede decir de las instituciones, ya que si no marcan consciente y
claramente el rumbo y la dirección en que quieren ir según sus principios
identitarios, y eso comporta opciones concretas, otros, el ambiente sobre todo,
decidirán en su lugar; y sin darse cuenta, al cabo del tiempo estarán
anquilosadas, sus actuaciones serán repetitivas y sin creatividad, ajenas a las
verdaderas necesidades del momento presente, o recorriendo un camino lejos de
sus principios originales”. De ahí la necesidad de discernir a la luz del
Espíritu y de poner en práctica una espiritualidad para el discernimiento en la
acción caritativa y social.
Fotografía (cop) Cáritas Española