El pasado domingo 12 de noviembre, el equipo parroquial de la Cáritas Oliver estuvo presente, un año más, en la celebración de la fiesta de la Castañada.
Junto con la inestimable e imprescindible colaboración de las compañeras de sensibilización, se llevó a cabo una propuesta de sensibilización en torno al cuidado de “la casa común”, siendo el cuidado del parque el medio más cercano y sencillo al que aplicar lo aprendido.
Alrededor de 110 niños pasaron por el stand de Cáritas en el cual se sensibilizaba sobre la importancia del cuidado del medio ambiente a través de dos juegos educativos. Uno de ellos consistió en encestar pelotas del mismo color que la cesta. Cada color indicaba una acción correcta a practicar en el parque: verde, el cuidado de las plantas y árboles, amarillo, limpieza y reciclaje, y azul, el uso del agua. El segundo juego consistió en pintar y decorar árboles, flores y animales que posteriormente se pegaban en un mural con una bola del mundo que estaba previamente dibujada con árboles talados, basura, bidones tóxicos…De esta manera se les enseño el gesto por el cual estaban haciendo un mundo más limpio, más cuidado, y más respetado entre todos.
Sin duda fue una mañana totalmente otoñal en la que los niños del barrio acompañados por sus padres pasaron un rato alegre y lúdica en la que aprendieron que el cuidado de nuestro planeta es una tarea de todos.
Junto con la inestimable e imprescindible colaboración de las compañeras de sensibilización, se llevó a cabo una propuesta de sensibilización en torno al cuidado de “la casa común”, siendo el cuidado del parque el medio más cercano y sencillo al que aplicar lo aprendido.
Alrededor de 110 niños pasaron por el stand de Cáritas en el cual se sensibilizaba sobre la importancia del cuidado del medio ambiente a través de dos juegos educativos. Uno de ellos consistió en encestar pelotas del mismo color que la cesta. Cada color indicaba una acción correcta a practicar en el parque: verde, el cuidado de las plantas y árboles, amarillo, limpieza y reciclaje, y azul, el uso del agua. El segundo juego consistió en pintar y decorar árboles, flores y animales que posteriormente se pegaban en un mural con una bola del mundo que estaba previamente dibujada con árboles talados, basura, bidones tóxicos…De esta manera se les enseño el gesto por el cual estaban haciendo un mundo más limpio, más cuidado, y más respetado entre todos.
Sin duda fue una mañana totalmente otoñal en la que los niños del barrio acompañados por sus padres pasaron un rato alegre y lúdica en la que aprendieron que el cuidado de nuestro planeta es una tarea de todos.