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| El Director y el Secretario General de Cáritas |
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En la sede de Cáritas ha tenido lugar la rueda de prensa de presentación de la Memoria 2012 en el contexto de la Campaña de Caridad, en la festividad del Corpus Christi. Ante numerosos medios de comunicación de la ciudad de Zaragoza han comparecido el Director de Cáritas, Carlos Sauras y el Secretario General, Frank Yagüe que han declarado que la presentación de la memoria 2012 pone de manifiesto que 11.429 personas recibieron ayuda de la entidad en la Diócesis de Zaragoza, lo que constituye una cifra histórica y muy preocupante.
A continuación se ofrece un resumen de lo expuesto en dicha rueda de prensa:
Como viene siendo habitual cada año y en el contexto de su Campaña de Caridad, Cáritas hace balance de su acción social y comunitaria y presenta los datos que ponen de manifiesto la dura realidad de la exclusión social en nuestro entorno. También ofrece su testimonio y manifiesta las carencias del Estado de Bienestar que no está poniendo en el centro a las personas y sus derechos, por lo tanto su dignidad. Cáritas entiende la sensibilización y, por ende, la denuncia de las situaciones de injusticia, como parte de su trabajo y trata de llegar a las conciencias y a los corazones de las personas para generar una nueva mirada hacia los que más sufren. Su objetivo es impulsar un compromiso personal y comunitario transformador junto a la ardua tarea de la promoción de quienes se encuentran en la pobreza y en la exclusión social.
Cáritas viene constatando cómo la escalada anual de datos sobre la incidencia de la crisis en las personas es más que alarmante y, sin embargo, las medidas tomadas desde la Administración continúan siendo escasas, inexistentes, cuando no regresivas, siendo en numerosas ocasiones las entidades sociales, entre las que se encuentra Cáritas, las que están poniendo a disposición de las víctimas de la crisis, y del sistema que las ha creado, todos su medios y recursos que, por otro lado, están viéndose desbordados.
En este contexto, presenta los datos de la Memoria del pasado año. En 2012 hubo un crecimiento muy importante del número de personas y familias que acudieron a los 116 equipos de acogida distribuidos en la ciudad de Zaragoza y en las zonas rurales de la diócesis. Cáritas atendió a 11.429 personas, un 37% más que en 2011. Más de 5.122 familias acompañadas por Cáritas en su situación de precariedad, pobreza o exclusión, son más que un reflejo del sufrimiento cotidiano de miles de ciudadanos, muchos de ellos familias con niños, que no cuentan con apoyos suficientes para poder sobrellevar situaciones traumáticas de desempleo, vivienda, salud, educación… y un largo etc. de derechos constitucionales que se están viendo recortados gradualmente.
Cáritas confirma la vuelta a máximos históricos, alcanzado los niveles de atención de 2009, año que fue el más álgido en atenciones en lo que va de período de crisis. Hay que recordar que en 2009 se duplicaron las cifras de 2007.
Sin embargo, en 2012, la cuantía de ayudas económicas aportadas por Cáritas Diocesana de Zaragoza para cubrir necesidades básicas de las familias acompañadas, fue de más de un 1.200.000 euros, lo que supone un incremento del 34,68% respecto al año 2011.
Algunos aspectos a destacar en 2012:
* El 40,1% de las familias acogidas fueron atendidas por primera vez.
* El paro continuó siendo un gran handicap entre las personas en edad de trabajar (un 62,9%). 6 de cada 10 personas en edad de trabajar atendidas desde Cáritas estaban en desempleo.
* El 52,1% de las familias tenían menores a su cargo.
* El 14,4% residían en espacios realquilados.
No cabe duda de que estamos ante una pobreza que es cada vez más intensa, más extensa y más crónica. Pobreza intensa porque sigue aumentando el porcentaje de personas atendidas que no cuentan con ningún tipo de ingresos. Pobreza más extensa, porque el número de hogares españoles y aragoneses con todos sus miembros en paro se ha multiplicado por cuatro en cinco años. En Cáritas el número de personas a las que acompañamos se ha duplicado y, en algunas zonas, se ha triplicado. Se trata, además, de una pobreza crónica: en 2013, las personas que llevan buscando empleo más de dos años, representan el 36,4% de todas las personas desempleadas, frente al 2,6% de 2007 (EPA, primer trimestre).
Y ¿cuáles son las causas de todo esto? Hay dos que son fundamentales:
* los efectos estructurales de la situación socioeconómica en las personas más vulnerables.
* el debilitamiento de los sistemas de protección social.
Desde el comienzo de la crisis, Cáritas ha reclamado que el Estado Social sea una realidad y que se garanticen unos ingresos mínimos a las personas sin recursos. Las políticas dirigidas a la atención de quienes viven en la exclusión y en la pobreza deberían ser consideradas como un servicio público esencial, lo mismo que lo son la educación básica, la sanidad o las pensiones. Los recortes llevados a cabo por las Administraciones Públicas no deberían afectar a los más vulnerables. Cuando pasen los años se juzgará a esta sociedad y a los gobiernos de diversos partidos que se han sucedido por el modo como se ha tratado a los más débiles. Probablemente la pregunta no será qué economías hemos salvado sino cuántos débiles e indefensos se han quedado por el camino. Por eso, desde el año 2008 hemos echado en falta en todos los niveles de nuestras Administraciones Públicas una reacción más ágil y pronta ante lo que era una auténtica epidemia social.
La reacción ante la crisis afecta no sólo a las instancias políticas sino también a todos los ciudadanos. Una reacción solidaria que va unida a la modificación de los estilos de vida. En esa línea va el mensaje de la Campaña de Cáritas en este Corpus Christi de 2013. El lema es “Vive con sencillez y otro modelo de convivencia nos hará felices”. Es una invitación a una convivencia forjada desde la sencillez, con tres valores fundamentales: gratuidad, compasión –sentir con quienes sufren- y comunión –saberse parte de la gran familia humana-. Una convivencia que requiere encuentro, sumar fuerzas, tejer redes y crecer junto a otros. De esa reacción ciudadana solidaria hemos conocido mucho en Cáritas a lo largo de esto años de crisis. Unos tiempos malos que, por contraste, han puesto de manifiesto en muchos una gran ternura y un auténtico sentido de solidaridad y de justicia.
