26 diciembre, 2012

Celebración de la fiesta de Navidad en la sede de Cáritas





La fiesta de Navidad en la sede de Cáritas, en Zaragoza, comenzó con una Eucaristía en la capilla de la Casa de la Iglesia en Plaza de la Seo.

Después los asistentes se desplazaron al Pº Echegaray donde tendría lugar el ágape. Antes, muchos pasaron a hacer las compras navideñas en un puesto que habían colocado las voluntarias de la tienda solidaria La Artesa.




La fiesta estuvo amenizada por los villancicos que entonaron los residentes de Santa Teresa, de San Carlos y del Itinerario de Inserción, bajo la dirección de del maestro Sanzol.








Asistieron participantes en los Centros, responsables voluntarios institucionales, voluntarios de proyectos, de servicios generales y trabajadores, compartiendo un momento entrañable de alegría e ilusión y, lo más importante, en un ambiente de igualdad y fraternidad

El broche de oro lo puso Millán. Millán Palacios, 88 años y residente en la Residencia Santa Teresa. Este pequeño-gran hombre nos hizo el regalo más preciado que un hombre puede compartir: su sabiduría. Nos dedicó su tiempo, sus reflexiones en forma de poesía de la buena, la que sale del corazón sin ningún interés, escrito con amor y en letra redondilla de la de antes, dejándonos sin palabra
                                            
                                              

Millán Palacios y Reyes Lambea
                                                


                                                  El poema, Navidad y crisis,  dice así:

Ya llegó la Navidad, rebosante de ilusión,
estamos todos alegres deseándonos amor.
Un amor, que compartido, como manda nuestro Dios,
alivie muchas fatigas que en el mundo haya montón.
A los que estén libres de ella, de esta crisis hoy por hoy
que se echen mano al bolsillo, que tengan buen corazón,
que no vale que nos digan que a mi no me atañe hoy.
Para poder compartir, hace falta mucho amor.
Pensemos en los parados, que la sufren con dolor,
que les llega Navidad sin dinero en el cajón.
Y también en desahucios, con razón o sin razón,
se están quedando en la calle, sin hogar y sin calor.
Te pedimos, oh Dios mío,  les tengamos compasión
que en estos días alegres están sufriendo un montón.
Te están pidiendo trabajo, con cariño y con ardor,
que ellos no tienenla culpa de pasar lo que apsó.
Haz todo lo que puedas, confiamos en tu amor,
se acabe pronto la crisis y para todos salga el sol

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