I Jornada Aragonesa de Sociología

Los pasados días 25 y 26 de noviembre se celebró la I Jornada Aragonesa de Sociología a la que asistieron como ponentes Nuria Espeleta del Servicio de Estudios Sociales y Juan David Gómez que fue voluntario de esta Cáritas y profesor de la Universidad de Zaragoza. Nuria nos ha resumido así la ponencia compartida:

Bajo el lema “Aragón en un mundo en crisis. Cultura y ciudadanía” se ha celebrado durante los días 25 y 26 de noviembre en el Centro Joaquín Roncal la I Jornada Aragonesa de Sociología en Aragón con 150 personas inscritas.
En ella se ha abordado desde una perspectiva sociológica la situación actual de Aragón prestando atención a la crisis de ciertos referentes o pilares culturales de la Modernidad que están precipitando nuevas definiciones de la noción de ciudadanía. La Jornada ha estado organizada por la Asociación Aragonesa de Sociología y contó con la presencia de Enrique Gil Calvo, Eduardo Bericat y Lourdes Rubia.
La Jornada permitió la reflexión y debate sobre los motivos que han llegado hasta la crisis actual y se pusieron sobre la mesa diversos caminos para salir de ésta a través de las aportaciones realizadas en cuatro mesas de trabajo: Política, Educación, Relaciones Laborales y Exclusión Social. En esta última mesa, Juan David Gómez (Universidad de Zaragoza) y Nuria Espeleta (técnico del Servicio de Estudios Sociales de Cáritas Diocesana de Zaragoza impartieron la ponencia “De la pobreza a la exclusión: un camino por los discursos teóricos y las prácticas sociales”. En ella se realizó reflexión crítica sobre cómo en ocasiones los modos de investigar e intervenir los fenómenos de pobreza y exclusión social inciden en el mantenimiento o perpetuación de dinámicas excluyentes. Asimismo se plantearon algunas ideas para superar las dificultades detectadas y abrir debate entre los asistentes. Las propuestas expuestas para repensar nuestros modos de hacer y pensar en lo social y así favorecer procesos de movilidad social ascendente y de reconciliación social fueron:
a) Evitar usar y abusar de un lenguaje categorizante que reifica las identidades excluidas.
b) Superar la noción del excluido como objeto de intervención y considerar a la persona como sujeto participante.
c) Recuperar las necesidades como potencialidades del sujeto y no sólo como carencias.
d) Evitar la simplificación y explorar nuevos caminos de pensamiento complejo.
e) Introducir la lógica dialógica del acceso (movilidad social) y del arraigo (reconciliación social).