Público asistente a la conferencia
Ayer día 2 de marzo, se inauguró el ciclo de conferencias sobre Doctrina Social de la Iglesia (DSI) que, Cáritas Diocesana de Zaragoza, ha organizado,a lo largo del presente mes de marzo, los martes 2, 9, 16 y 23, a las 19:00,en el Centro Joaquín Roncal.
Abrió el ciclo de conferencias el Director de Cáritas Zaragoza,D.Carlos Sauras ,situando
la actividad en el marco del Plan Diocesano de Pastoral 2009–2012.
Posteriormente, la ponencia central corrió a cargo de D. Carlos Manuel Escribano, Vicario Episcopal de la Vicaría I, con el título “Doctrina Social de la Iglesia, presentación , historia y principios”. En la misma nos ofreció un recorrido histórico a través de las cartas encíclicas desde la Rerum Novarum (1891), extrayendo de todas ellas los principios básicos y la esencia fundamental de la DSI: el bien común, el destino universal de los bienes, el principio de subsidiariedad, la participación y la solidaridad.
Ponente y Director de Cáritas
Esta primera sesión contó con la presencia de D. Manuel Ureña, Arzobispo de Zaragoza, que cerró el acto haciendo hincapié en la presencia pública de la Iglesia y en la necesidad de garantizar un fundamento ético y moral en las relaciones socio-políticas de nuestra sociedad.
A lo largo de la sesión se descubrieron aspectos importantes para la labor socio-caritativa de la Iglesia en general y para Cáritas en particular.
En primer lugar, se destacó cómo la DSI traza un camino fundamental de cara a la evangelización de nuestro mundo, ya que parte de preocupaciones y dificultades cercanas a todas las personas. La DSI es un tesoro que tenemos y que merece la pena conocerlo por su actualidad, el análisis que propone de la realidad y la comprensión de los aspectos socio-políticos.
Por otro lado, se puso de manifiesto el carácter profético de la DSI, ya que en ella podemos encontrar aspectos sociales que en años posteriores la historia ha confirmado: el surgimiento de estados totalitarios, el problema de la inmigración, los desastres del libre mercado y sus deficiencias democráticas, etc.
Además, la DSI plantea pronunciamientos y propuestas sólidas y audaces, a la luz del Evangelio, que pueden servirnos para el discernimiento de la práctica cotidiana. Por ejemplo, en la Populorum Progressio (1967), en la Solicitudo Rei Socialis (1987) o en la Centesimus Annus (1989), nos encontramos con alusiones a los modelos de desarrollo que se han ido imponiendo mundialmente y, fruto de los cuales, se ha acentuado la brecha entre el norte y el sur, los movimientos migratorios, e incluso, la actual crisis económica. Pero las orientaciones no sólo son de carácter general; también nos encontramos con propuestas muy concretas en determinados campos y que a-
fectan directamente a nuestras acciones. Así en la Laborem Exercens (1981)ya se ponía en evidencia cómo la inmigración empobrecía, en primer lugar, a los países de origen, y beneficiaba a los países receptores, por ello requería de una intervención lógica a favor del desarrollo en los países de donde partían los inmigrantes. También la Solicitudo Rei Socialis (1987) propone el concepto de solidaridad, no entendido como voluntarismo, sino basado en la restauración de la dignidad rota del otro, porque también mi dignidad es vulnerada junto con la del otro.
Por último, además de compartir con vosotros estas reflexiones, os animamos a que participéis en la próxima charla que tendrá lugar el día 9 de marzo; en ella profundizaremos sobre cuestiones económicas y sociales a la luz de la DSI que nos servirán como orientación para afrontar la actual crisis económica.
(Reseña remitida por Frank Yagüe para su publicación en el blog)