Luis, joven periodista y seminarista de nuestra diócesis, ha compartido con nosotros su visión de la conferencia. Agradecemos su asistencia, su involucración y su ´buen hacer´.
‘Aporofobia’ -del griego άπορος (á-poros), sin recursos,
indigente, pobre; y φόβος, (fobos), miedo- se refiere al miedo hacia la pobreza
y hacia las personas pobres. Es la repugnancia y hostilidad ante las personas
pobres, sin recursos o desamparadas. Es el tema que expuso Adela Cortina en el Centro Pignatelli de Zaragoza al cual asistieron más de cuatrocientas personas.
En el marco de la II Jornada Mundial de los Pobres que el
Santo Padre ha convocado para el 18 de noviembre, la conferencia fue
introducida por Carlos Gómez Bahillo, director de Cáritas Diocesana de
Zaragoza, y Ramón Sabaté, voluntario. Ambos incidieron en la relevancia del
nuevo término, aporofobia, y en el agradecimiento a Adela Cortina por parte de
Cáritas. Ella, comenzó correspondiendo a ese agradecimiento y señalando las razones
por las que ha acuñado la nueva palabra: “Muchas veces, no es que tengamos
xenofobia. Por ejemplo, los turistas alemanes no nos molestan. Los que sí lo
hacen son los pobres, que por molestarnos, nos molestan hasta los de nuestra
familia”.
“He puesto nombre a una realidad como los expertos se los
ponen a los fenómenos meteorológicos: para que los reconozcamos, los
identifiquemos y nos prevengamos contra ellos”, apuntaba la conferenciante.
‘Aporofobia’ fue la palabra destacada del año pasado por Fundéu BBVA, “debido a
su capacidad transformadora de la realidad”. Explicaba Cortina que “las fobias
existen porque alguien relega a un grupo entero de gente que posee una
característica que esta persona desprecia. Es el caso de judíos, extranjeros,
homosexuales…”
Expuso también la Dra. Cortina que “nuestro cerebro es
xenófobo por naturaleza. Esto es debido a dos principios biológicos: el
autointerés básico en la supervivencia y la tendencia disociativa, dejamos de
lado todo lo que nos incomoda”. Frente a esto, explicaba, tenemos que
reflexionar sobre la inclinación del ser humano a dar y regalar al otro, aunque
sea a cambio de algo. Y añadirle una educación para la cooperación: “Para dejar
de cultivar las tendencias aporofóbicas tendríamos que hacer una auténtica
revolución social”. Y añadía que ha de ser en el siglo XXI, “porque por primera
vez en la historia, hay medios más que suficientes, para que a nadie le falte
lo necesario”.
“Hay una historia que se nos ha contado y es falsa: que los
seres humanos somos individuos aislados que hemos firmado un contrato. Es
falso: somos personas que viven en vínculo, en relación”. Adela Cortina señaló
que nuestro cerebro es social: “somos en relación y vivimos en relación (...) y
la virtud fundamental de nuestra relación debe ser la de la justicia y la de la
compasión, que quiere decir que los que somos en vínculos somos capaces de
compadecer la alegría y de con-padecer el sufrimiento”. Animaba así a los
presentes a cultivar, por lo tanto, la justicia y la compasión, “pero con el
añadido de la gratuidad: dar algo aunque no sea a cambio de nada”.
Para terminar, Adela Cortina, añadió que “cuando trabajamos
conjuntamente ganamos mucho más que cuando no lo hacemos cooperativamente”, y
tras conceder algunas preguntas, Ramón Sabaté concluyó el acto recordando a la
audiencia el lema de Cáritas de 2018, “Tu compromiso mejora el mundo”, tan
íntimamente relacionado con la denuncia de la aporofobia. Después de estas
palabras, se finalizó, no sin un caluroso aplauso del respetable.