El pasado domingo 6 de octubre se celebró en Zaragoza la carrera de la mujer contra el maltrato, cuyos fondos recaudados fueron a parar al proyecto Fogaral de Cáritas Zaragoza.
Este evento, que está organizado por la Asociación Deportiva "Sarakosta" perteneciente a la Jefatura Superior de Policía de Aragón, celebró su tercera edición en el Parque José Antonio Labordeta y contó con la participación de un total de 1400 deportistas. Desde Cáritas participaron la secretaría general, Cristina García, la directora del centro Fogaral, Marta Jiménez, así como voluntarios y trabajadores.
Tras la prueba, Cáritas recibió 8300 euros provenientes de las inscripciones cuyo destino irá a parar íntegramente al Proyecto Fogaral cuyo fin es servir de apoyo a mujeres que ejercen la prostitución así como a mujeres víctimas de la trata con fines de explotación sexual.
¿Qué es el Centro de Acogida "Fogaral"?Fogaral es un Centro de Acogida para la mujer que ejerce o ha ejercido la prostitución que se inauguró en el año 1988. Fogaral es una palabra del aragonés que significa calor de hogar, y eso ha pretendido ser siempre, un lugar cálido donde la mujer que ejerce la prostitución se sienta acogida y valorada.
El Centro de Acogida Fogaral, desde sus objetivos es un lugar de referencia, dinámico, activo, que está junto a la mujer en todas las circunstancias que le rodean. Es un espacio donde se crea la confianza, el respeto y la colaboración mutua para devolver a la mujer la libertad y la dignidad que existe dentro de ella. Desde el trabajo en equipo, actúa como puente entre la mujer y las redes sociales existentes.
Se trabaja desde la escucha sincera y activa, comunicación natural, sencillez, tranquilidad, comprensión, empatía, que la mujer se sienta aceptada y valorada; “no atropellando” procesos sino respetando el momento de la mujer, fomentando la libertad de la mujer y el protagonismo en su vida, descubriendo y tratando a la mujer como persona respetando su dignidad.
Se trabaja desde la escucha sincera y activa, comunicación natural, sencillez, tranquilidad, comprensión, empatía, que la mujer se sienta aceptada y valorada; “no atropellando” procesos sino respetando el momento de la mujer, fomentando la libertad de la mujer y el protagonismo en su vida, descubriendo y tratando a la mujer como persona respetando su dignidad.
