02 junio, 2010
Los Directores de Cáritas en estos 50 años. Capítulo VI. Primera parte. Jorge Rosell Comas (1987-1992)
En 1989 se celebró el Simposio sobre la Pobreza en Aragón
En 1990 se concedió a Cáritas la medalla de Santa Isabel de Portugal por parte de la Diputación Provincial de Zaragoza
Jorge Rosell ha sido el Director que más tiempo ha dirigido Cáritas; fueron 5 años de intenso trabajo y dedicación para conseguir una nueva organización y orientación de nuestra institución. Es cierto que contó con un equipo de personas muy preparadas al frente de las cuales estuvo el Secretario General Miguel Marín, Luis Escosa en Administración, Eduardo Gálvez en Acción Social, Julián R. Salvador en Desarrollo Institucional y la incorporación, en el 88, de Félix Felipe como Consiliario enviado por Don Elías Yanes que supo dar la impronta teológica y de discernimiento en una época de crecimiento en la tarea desarrollada por Cáritas.
Este Director manifestó desde su toma de posesión las tres prioridades que iban a presidir su mandato: la situación de la infancia marginada, la situación de los ancianos y el problema del paro.
Otra de las líneas fundamentales de este período es la decisión de que Cáritas debe asumir la coordinación de la acción caritativa y social dentro de la Iglesia Diocesana, para que efectivamente fuera visible el Amor de la comunidad cristiana hacia los más pobres.
Campaña de Navidad de 1988
Desde hacía unos años se había hecho una opción muy clara por el trabajo en las parroquias; es en este momento cuando desde los Servicios Generales de Cáritas Diocesana se da un mayor impulso y un compromiso decidido por el trabajo en las bases. Había un viejo debate entre la opción por las parroquias o por las obras y servicios y en este momento vuelve a aparecer. Se concluye que la opción por las parroquias es la opción por los más desfavorecidos y que potenciar el trabajo en las Cáritas parroquiales supone una dedicación mayor a las realidades sociales que están más cercanas. Que las Cáritas parroquiales se conviertan en las animadoras de la Caridad en su entorno supone un efecto multiplicador para la difusión del mensaje de Cáritas. Esta animación de la Caridad, que va más allá de la “atención”, va hacia el descubrimiento de las causas que generan la pobreza. Avanzamos ya un paso más: de lo asistencial pasamos a lo promocional, de ahí a lo preventivo y ahora pasamos a intervenir en las causas mismas que generan la pobreza.
Como consecuencia de esta apuesta decidida por el trabajo en las parroquias se da una gran importancia al Consejo Diocesano que estaba formado por los Coordinadores de zona, los miembros de la Comisión Permanente y el Vicario responsable de la Acción Pastoral Caritativa. El funcionamiento de este órgano directivo de Cáritas no estuvo exento de las tensiones producidas por los diferentes puntos de vista a la hora de abordar el trabajo. Una de los asuntos que más costó asumir fue que el gasto en sensibilización no era un dinero perdido sino que las tareas de sensibilización eran tan importantes como las de atención primaria o acción social.
Campaña de Navidad de 1989
En los años 89 y 90 se va a cambiar la estructura organizativa de Cáritas Diocesana. De la estructura en Departamentos se pasa a la estructura en Áreas, Programas y Proyectos.
Se establece el Área de Acción Social, el Área de Animación de las Parroquias y del Voluntariado y el Área de Comunicación Cristiana de Bienes.
Además se inicia un trabajo muy importante de cara al mundo rural. En varias Asambleas era un clamor la necesidad de una mayor presencia de Cáritas en los pueblos de la Diócesis (continuará)
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