Cáritas apuesta porque la mujeres vulnerables sean protagonistas de su propia realidad.
Ante la celebración, el día 8 de marzo, del Día Internacional de la Mujer Trabajadora, Cáritas Española quiere reafirmar su reconocimiento y respeto de los derechos de la mujer, y reivindicar el trabajo llevado a cabo por el conjunto de la Confederación –68 Cáritas Diocesanas y más de 6.000 Cáritas parroquiales— a favor de las mujeres en situación de mayor vulnerabilidad social. El objetivo prioritario de los programas de Mujer es conseguir que logren su promoción y participación social, especialmente aquellas mujeres que viven situaciones de exclusión
El perfil y realidad de las mujeres a las que Cáritas acompaña es muy variado. En muchos casos son personas que han sido objeto de diversas formas de violencia: mujeres con responsabilidades familiares no compartidas; con baja autoestima y pocos apoyos de redes familiares y sociales cercanas; mujeres sin vivienda o con vivienda en malas condiciones; con un nivel educativo deficiente; víctimas de violencia de género; mujeres prostituidas o víctimas de la trata con fines sexuales y/o laborales; con escasos o nulos recursos económicos, perceptoras de salarios mínimos de integración (RMI); mujeres inmigrantes en situación administrativa irregular; y mujeres que viven en contextos sociales de exclusión, caracterizados por infraestructuras deficientes y políticas sociales parciales.
Líneas de trabajo de Cáritas
Un número importante de las actividades de Cáritas se dirigen a impulsar la promoción personal de las mujeres, mediante la adquisición de habilidades personales, sociales y laborales, la toma de conciencia de su realidad, el desarrollo de su autoestima y el fortalecimiento de sus propias capacidades. Para ello, Cáritas proporciona diversos servicios de acogida, de orientación y de asesoramiento psicológico y jurídico, así como programas de formación laboral y de convivencia basados en itinerarios personalizados de integración, además de servicios como centros de día para mujeres y casas de acogida y ofrecer servicios que la mujer pueda compatibilizar su vida familiar y laboral.
Este año, además, la campaña institucional de Cáritas pone el acento en el derecho a la igualdad de género, con objeto de llamar la atención sobre el hecho de que, a pesar de que en nuestra sociedad se han dado grandes pasos en el reconocimiento de los mismos derechos para hombres y mujeres, todavía son insuficientes. Así lo demuestran realidades como las responsabilidades familiares no compartidas, las dificultades en el acceso al empleo y a la formación, que convierten a la mujer con escasos recursos económicos en una persona con menos oportunidades para integrarse en la sociedad como ciudadana de plenos derechos.
En otras partes del mundo, muchos de estos pasos están aún por dar, pues a las mujeres no se le reconocen derechos fundamentales, a pesar de la gran cantidad de movimientos sociales implicados en la lucha por la igualdad y la justicia, promovidos muchas de ellos por las propias mujeres, En este sentido, la pobreza está directamente relacionada con el acceso desigual y limitado a los recursos productivos y a todos los derechos que conforman el desarrollo integral de todas las personas.
En lo que atañe al capital humano de Cáritas, el papel de las mujeres en la actividad diaria de la institución en todos sus frentes es inestimable: más de 40.000 de los 58.112 voluntarios de Cáritas Española son mujeres, mientras que de los 4.326 trabajadores asalariados, 3.106 son mujeres. Asimismo, de las 1.027.577 personas atendidas en 2006 por Cáritas sólo en España, en torno al 73 % fueron mujeres. Durante el último ejercicio, la Confederación Cáritas Española invirtió en los programas de Mujer unos de 6,8 millones de euros.
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