18 agosto, 2015

La intervención familiar en Cáritas Zaragoza (1)

Comenzamos una serie de entrevistas para conocer más a fondo la realidad de nuestra intervención familiar en el territorio. Cada día conoceremos una zona o una parroquia distinta. 

Hoy le toca el turno a la parroquia de San Ignacio Clemente Delgado en el barrio de Valdespartera. 

El equipo, que comenzó su andadura hace cinco años, cuenta en la actualidad con seis voluntarios acompañados por Rocío Castejón, trabajadora social de la entidad diocesana. Realizan la acogida los miércoles por la tarde y aprovechan para evaluar al final de la misma. Su dificultad, sin duda, el poco espacio que existe, actualmente, en la Parroquia. 


Su fortaleza, un equipo relativamente nuevo lleno de la alegría de encontrarse en un barrio joven con muchos niños. Dada la juventud de sus vecinos, uno de los grandes problemas es el desempleo, por lo que el equipo trabaja en colaboración muy cercana con el proyecto especializado de empleo de Cáritas diocesana. 


Su mayor tristeza, se encuentran con familias normalizadas que por la crisis su situación ha dado un vuelco. 

Su mayor esperanza, el seguimiento cercano de las familias les hace ver que muchos de los que venían ya no lo hacen.

Les deseamos lo mejor en su labor y GRACIAS por hacer posible la tarea de Cáritas en el territorio.

Agradecemos a Rocío, animadora la Cáritas parroquial, haber colaborado en esta sección. Entrevista realizada por Ascensión Gracia y Marisa Cabeza, voluntarias del equipo de Comunicación de Cáritas Diocesana de Zaragoza. 


 -Extracto del Boletín semestral nº 57 de Cáritas Diocesana de Zaragoza-

17 agosto, 2015

La apuesta por el reciclado de ropa sigue creciendo

El proyecto de A TODO TRAPOZARAGOZA de nuestra diocesana ha recogido ya cerca de 200.000 kilos de ropa en la diócesis de Zaragoza gracias a la colaboración de muchos ciudadanos, parroquias, entidades públicas y privadas, centros deportivos, centros comerciales y entidades sin ánimo de lucro.
http://www.fundacioncaritaszgz.es/index.php/proyectos/empresa-de-insercion-a-todo-trapo
Los altos índices de desempleo hicieron que Cáritas optara por el reciclado y  reutilización de ropa usada. Esta opción surge en el 2014 como una posibilidad de intervención que favorezca la inserción sociolaboral de aquellas personas que se encuentran en situación de exclusión.

Dada la situación por la que atraviesan muchas familias, consideramos que este proyecto debe dar respuesta al presente y ofrecer esperanzas en el futuro. Asimismo contiene como valores la implicación y participación de la comunidad, además de la sensibilización respecto a los beneficios medioambientales y al consumo responsable.


A partir del 13 de Junio del pasado año el número de puntos de recogida ha ido aumentando, desde los nueve iniciales hasta los cincuenta y nueve. Las últimas ubicaciones permanentes son cuatro puntos de recogida en BSH (dos en Plaza, uno en Montañana y otro en La Cartuja), la Estación de servicio Miralbueno-Cepsa en la carretera de Logroño, la parroquia de Santa Mónica, la parroquia de San Lamberto y la empresa Cablescom, junto con campañas temporales de recogida de ropa en DKV, Atlas Copco y en la Corporación Aragonesa de Radio y Televisión.

Para finales del año 2015, se prevé una recogida de 530.000 kg de ropa con la que el alcance del proyecto llegará hasta la creación de otros cinco empleos de inserción permanentes. Así como también la realización de cuarenta actividades de simulación de empresa con el Grupo Laboral Previo de Cáritas Diocesana de Zaragoza y la contratación de ocho trabajadores de inserción eventuales para cubrir necesidades temporales, coordinadamente con el Itinerario de Inserción de Cáritas.

Para más información:

Listado de contenedores:


-Extracto del Boletín semestral nº 57 de Cáritas Diocesana de Zaragoza-


14 agosto, 2015

Educando para el cambio (1)

Hoy se habla de la pérdida de valores en las personas, pero si nos fijamos bien, veremos que nadie puede vivir sin ellos. Sólo hace falta cambiar nuestra mirada para verlos. Miradas que salen del ser y no del tener. Miradas que descubren el tesoro de uno mismo y descubren en los demás sus tesoros. Para esto no solo son importantes las palabras cargadas de sentido como la fraternidad, la gratuidad, la solidaridad sino que es imprescindible utilizar el lenguaje del corazón.
 Allí descubrimos la capacidad de la belleza, del asombro, del encuentro con el otro y reconocerlo como hermano, de indignarse ante las injusticias y de descubrir la capacidad de transformar desde nuestras acciones y actitudes. Un cambio de mirada que hace que los ojos ya no miren de la misma manera porque hemos descubierto la mirada del amor al prójimo.

Desde el proyecto de sensibilización “Educar la Mirada” abrimos puertas a la esperanza creyendo firmemente en el potencial de los niños y jóvenes, acompañándoles en el descubrimiento de un mundo que tienen que explorar.

Mª Teresa Pérez
Técnico del Proyecto de sensibilización "Educar la Mirada" de Cáritas Diocesana de Zaragoza



- Extracto del Boletín semestral nº 57 de Cáritas Diocesana de Zaragoza - 

13 agosto, 2015

ALTAVOZ DE LOS SIN VOZ

En Cáritas tenemos la suerte de trabajar con y para las personas. Ello nos reporta una gran satisfacción. Cada una de estas personas con las que trabajamos nos ayuda a mejorar como profesionales y como hermanos que somos. Gracias a todas ellas, nuestra vocación se hace realidad. Detrás de cada persona que acompañamos hay una historia personal, muchas veces complicada, pero siempre de incalculable de valor. Hoy os traemos el testimonio en primera persona de una familia que camina junto a nosotros desde hace dos años.


 Tengo 37 años. En Septiembre de 2013 acudí por primera vez a Cáritas con mi mujer de 33 años y mis cuatro hijos menores. Habíamos llegado a Zaragoza provenientes desde Siria solicitando asilo político. Ante el conflicto armado que vivíamos en nuestro país, tomé la decisión de huir y traerme a mi familia. No nos vinimos solos, mi suegra y mi cuñado nos acompañaron y por aquel entonces otros familiares ya llevaban viviendo unos meses en Zaragoza.

La llegada no fue fácil, España sólo tiene centros de acogida para refugiados en tres ciudades y en Zaragoza no existe ningún recurso especializado ante estas situaciones por lo que nos pusimos a vivir en una casa compartida con otros compatriotas.

Llevábamos algunos ahorros para poder pagar la habitación donde dormíamos los seis pero  llegó un momento en que la situación era insostenible tanto para nosotros como para los que nos habían acogido, por lo que me decidí a solicitar ayuda en Cáritas.

Nos ayudaron a conseguir una vivienda de alojamiento temporal de otra entidad social hasta que nuestra situación administrativa fuera regular y, por lo tanto, pudiéramos acceder a las ayudas y recursos de los servicios sociales. Durante este tiempo el papel de Cáritas fue imprescindible para nuestra familia. No sólo porque nos han ayudado a cubrir nuestras necesidades más básicas (y las de nuestros hijos) sino porque nos hemos sentido apoyados, acompañados, queridos…

Actualmente mi mujer y yo acudimos a clases de español y hemos mejorado mucho a la hora de expresarnos. Nunca hemos querido tirar la toalla. Gracias a Cáritas he realizado un curso de formación y participaré en un proceso dentro del Itinerario de Inserción Laboral.

En la actualidad, gracias a todos los que han confiado en nosotros, estamos más estables.

- Extracto del Boletín semestral nº 57 de Cáritas Diocesana de Zaragoza - 

12 agosto, 2015

En primera persona: La preocupación por el otro

Por Gonzalo Gonzalvo Ezquerra, Consiliario de Cáritas Diocesana de Zaragoza.


<< Vivimos en la época de la globalización y hemos globalizado también la indiferencia, que nos lleva a preocuparnos solo de nosotros y nos vuelve insensibles al sufrimiento de los demás. 

Martín Luther King decía: “No me duelen los actos de la gente mala, me duele la indiferencia de la gente buena”. Somos guardianes del bienestar de nuestros hermanos y hermanas, somos guardianes de sus derechos. Porque este mundo es una familia en la que las diferencias de raza, color, sexo, idioma, religión, opinión política, origen nacional o social, posición económica, etc., son accidentales y enriquecedoras. 

Cuentan de un agricultor que siempre conseguía las mejores semillas de maíz en todos los concursos. Y lejos de guardárselas para él, las repartía también con todos los vecinos de su finca. Y al preguntarle el por qué, respondía: “Es que así, sus plantas, que son las mejores, también polinizan a las mías, y todos salimos ganando”. 

O vivimos en fraternidad, considerando a los demás nuestros hermanos, y no nuestros enemigos, o tendremos que vivir en castillos, rodeados de alambradas. Pero las personas no estamos hechas para la soledad, sino para la sociedad y la solidaridad, para la relación. 

Una relación que nos viene porque todos pertenecemos a la familia humana. Todos los hombres y mujeres somos hermanos que poblamos este planeta y hemos de hacer posible que desaparezcan las grandes y graves diferencias entre unos y otros. 

Porque una fraternidad sin igualdad es falsa. La fórmula la aporta la física: “los vasos comunicantes”. >>

- Extracto del Boletín semestral nº 57 de Cáritas Diocesana de Zaragoza -