30 septiembre, 2019

En busca de un lugar seguro para vivir [testimonio]

José (nombre ficticio) ha querido dejarnos su testimonio por si puede ayudar a otros que estén en su misma situación. 

Le agradecemos que con su historia personal nos acerque a la realidad de tantos hermanos que tienen que dejar su tierra. 

Llegué a Zaragoza hace casi un año. Estoy casado y tengo dos hijos. Tuve que dejarlos en mi país. 

Allí era promotor de derechos humanos en un ONG y me costó mucho cambiar de vida, dejar mi país… En la organización llevábamos años denunciando las irregularidades promovidas por el gobierno en cuanto a salud, educación y a todo tipo de injusticias. En el momento en el que el pueblo decidió salir a las calles de forma pacífica, comenzaron los problemas para la asociación y las personas que trabajábamos en ella. Nos requisaron los ordenadores, quemaron parte de la sede y el propietario del local nos pidió que nos fuéramos. Tras todo eso, comenzaron las amenazas. 

Mientras el pueblo salía a la calle pacíficamente, el gobierno envió a las fuerzas militares disparando de frente. Hubo cientos de muertos y heridos. Pasados unos meses donde la tensión política y civil en mi país era muy complicada, recibí una orden de captura por terrorismo. Me dieron una paliza que me ocasionó diversas fisuras y roturas de hueso. Me escondí durante más de dos meses para recuperarme, durante ese tiempo a mi padre lo cogieron preso para obligarme a salir de mi escondite. 

Mis compañeros de la ONG habían sido apresados todos. Mi familia estaba sufriendo un auténtico asedio por mi situación. Decidí que la mejor solución era salir del país. 

Cuando llegué a España, un familiar me acompañó a Cáritas donde me acogieron y acompañaron en este difícil camino. 

Hoy tengo el carnet de protección internacional y doy clases de español como voluntario a personas africanas, pero desgraciadamente no me relaciono con compatriotas míos por seguridad, he sido avisado de que es peligroso. Me gustaría trabajar, soy licenciado en Administración de Empresas y casi tengo finalizada la carrera de Derecho, pero en mi país no me permitieron compulsar mi título por lo que no puedo convalidar mis licenciaturas en España, ello me impide poder trabajar de mi profesión. 

Sufro mucho por estar separado de mi familia, pero no pierdo la esperanza de poder reunirme con ellos pronto.

Testimonio extraído del boletín semestral de Cáritas nº65. 
Está disponible en el siguiente enlace 

27 septiembre, 2019

El verano en el Huerto San Nicolás


Este verano no nos hemos ido de vacaciones ¡El huerto San Nicolás no descansa ninguna estación del año! 

Y nosotros nos hemos mantenido al pie del cañón regando nuestro huerto, cuidándolo y lo más importante que sucede durante el verano, recogiendo todas hortalizas que generosamente nos regala este fabuloso espacio de cultivo en pleno centro de la ciudad. 


Los participantes del proyecto de acompañamiento San Nicolás implicados en la actividad de huerto, han dedicado todas las mañanas de los miércoles del verano a esta tarea. 

¿Qué tiene de original? Pues que además de recoger los productos ¡nos los hemos comido! 

Este verano hemos preparado y disfrutado de almuerzos saludables con productos recién recogidos de la huerta ecológica: ensaladas, gazpachos, salmorejos y deliciosas tostadas de pan con tomate. 

El esfuerzo ha merecido la pena pero lo mejor de todo ha sido la compañía, compartir estos momentos junto a nuestras compañeras y compañeros con una buena conversación, dan sentido a la mañana. 

Ahora sí, nos tomamos unos días de descanso para coger fuerzas y empezar con energías renovadas en octubre para preparar la huerta de otoño.

Carmen Manero
Directora


26 septiembre, 2019

Proteger la Tierra, nuestra casa común

Cáritas Diocesana de Zaragoza se suma a la Movilización Mundial por el Clima que está teniendo lugar entre el 20 y el 27 de septiembre, con acciones en todo el planeta que reclamen más compromiso por parte de los gobiernos en la lucha contra el calentamiento global y sus efectos, que impactan especialmente en las poblaciones más empobrecidas y vulnerables del mundo. 

Mucho se está diciendo y haciendo esta semana sobre la crisis climática. Nosotros queremos recordar hoy el llamamiento del papa Francisco: 

“Hago una invitación urgente a un nuevo diálogo sobre el modo como estamos construyendo el futuro del planeta. Necesitamos una conversación que nos una a todos, porque el desafío ambiental que vivimos, y sus raíces humanas, nos interesan y nos impactan a todos. El movimiento ecológico mundial ya ha recorrido un largo y rico camino, y ha generado numerosas agrupaciones ciudadanas que ayudaron a la concientización. Lamentablemente, muchos esfuerzos para buscar soluciones concretas a la crisis ambiental suelen ser frustrados no sólo por el rechazo de los poderosos, sino también por la falta de interés de los demás. Las actitudes que obstruyen los caminos de solución, aun entre los creyentes, van de la negación del problema a la indiferencia, la resignación cómoda o la confianza ciega en las soluciones técnicas. Necesitamos una solidaridad universal nueva. Como dijeron los Obispos de Sudáfrica, «se necesitan los talentos y la implicación de todos para reparar el daño causado por el abuso humano a la creación de Dios»[22]. Todos podemos colaborar como instrumentos de Dios para el cuidado de la creación, cada uno desde su cultura, su experiencia, sus iniciativas y sus capacidades”. 2015, Laudato Si´, Introduc., 14. 


Desde aquí, os animamos a concretar las pequeñas y grandes acciones que cada uno de vosotros, desde vuestro ser y hacer, podáis aportar. 

Es un reto y un acto de amor aprender a cuidar mejor y de forma urgente nuestra casa común, la Tierra, desde esa solidaridad universal de la que habla el papa.

25 septiembre, 2019

Mi experiencia en Palestina, por Manu Pérez

Si os hablo de Tierra Santa, os vendrán a la mente algunas imágenes: la tierra en la que vivió Jesús, un lugar de peregrinaje, un territorio con conflictos…

Muchos de vosotros puede que hayáis estado allí para poner vuestros pies y vuestros corazones en los lugares santos, por lo que nos enseñan y suponen para nuestra fe. No obstante, este pasado mes de agosto, tuve la oportunidad de visitar y ver esos lugares de una manera diferente a la que la hacen la mayor parte de los peregrinos. Caritas España y Caritas Jerusalén organizan cada verano un campo de trabajo conjunto para jóvenes y desde Zaragoza nos unimos Lidia y yo. 

El objetivo del campo no era resolver los problemas con los que vive el pueblo palestino, sino más bien vivir su día a día, conocer cómo es su mundo allí y crear lazos de unión. A pesar de que nuestras sociedades son distintas, he podido comprobar que los jóvenes palestinos tienen sueños y aspiraciones muy parecidas a las que tenemos los jóvenes de aquí, y que pese a todos los problemas a los que se enfrentan, mantener la esperanza de conseguirlos es lo que les permite seguir adelante día a día. Su vida como cristianos allí es otro ejemplo de fe, otra enseñanza que nos ofrece Tierra Santa. 


De este campo vengo convencido de que yo he recibido más de ellos, de lo que yo les he podido dar, y estoy muy agradecido. Desde ahora hay un rinconcito en mi corazón para ellos, ahora soy también un poco palestino. 

Manu Pérez
Joven de Zaragoza participante 
en el Campo de Trabajo 2019

23 septiembre, 2019

Nuestra misión como voluntarios


Hoy os escribo yo, me llamo Marisa y soy desde hace unos cuantos años voluntaria del equipo de Comunicación de nuestra Cáritas. Me ha parecido interesante recordar cual es nuestra misión como voluntarios en Cáritas. Nuestra entidad tiene como misión específica atender a las personas en situación de riesgo de pobreza y exclusión. Y todos los que en ella colaboramos, trabajamos a favor de la justicia denunciando las causas que generan lo contrario, las injusticias. 

En Cáritas, las personas voluntarias constituimos uno de los pilares básicos e insustituibles. Nuestra función es acoger, acompañar, promover a las personas. Poniéndolas en el centro y haciéndolas protagonistas de su camino. 


Como voluntarios de Cáritas tenemos unos valores que debemos cuidar y cultivar: 
  • Compartimos una fe en Dios que nos llama a vivir la fraternidad. 
  • Formamos parte de una Iglesia que da cabida a todos 
  • Tenemos muy presentes los valores de gratuidad, disponibilidad, coherencia y corresponsabilidad, siempre desde un estilo austero. 
  • Con alegría colaboramos por la igualdad de todos nuestros hermanos 
  • Y desde nuestra vocación al servicio de la caridad estamos comprometidos con la misión evangelizadora de la Iglesia 
Cada uno de nosotros hemos sido elegidos por Dios para realizar esta labor, no lo olvidemos. 

Marisa, voluntaria.