Proyecto de acompañamiento a Personas sin Hogar. 27 de noviembre de 2011

En el Día de las Personas sin Hogar, elaboramos esta hoja que se repartió en el acto de sensibilización de la Plaza de Sinués el día 27. Quiere ser un elemento más de sensibilización sobre la situación de las Personas sin Hogar en Zaragoza.

En Cáritas, la acogida a las personas que están sin hogar significa encuentro y escucha. Significa sosiego, para abordar la situación de la persona acogida, con el fin de iniciar un proceso de acompaña-miento. Y significa comunidad, porque se tiene en cuenta los recursos residenciales de la red de centros y servicios para este colectivo.
Basado todo, en el convencimiento y la confianza en la capacidad de la persona para liderar su propio proceso vital.

Memoria 2010
Cáritas Diocesana de Zaragoza atendió a 917 personas sin hogar en su Servicio de Acogida General. A lo largo del año, 66 personas participaron en procesos de acompañamiento y 7 personas utilizaron el “piso de transición”. Además, 9 mujeres residieron en la Casa de Acogida Juan Bonal.

Objetivos
• Ofrecer Acogida especializada a todas las personas que se encuentren en situación sin hogar y así lo soliciten, con el fin de escuchar, estar a su lado y profundizar en la medida que quieran y necesiten.
• Ofrecer y realizar, en su caso, acompañamiento social a aquellas personas que sufren desarraigo, iniciando un proceso de recuperación, que tenga como objetivo final su inclusión social de una manera autónoma.

Horario: Lunes, martes, jueves y viernes, de 10 a 13 horas.

Destinatarios
• Mayores de 18 años en situación de exclusión grave “sin hogar”.
• Que no cuenten con otras alternativas residenciales (para el accesos a los pisos de gestión propia de Cáritas).

Metodología: Acogedora. Personal e individualizada. Participativa. Desde la afectividad. Basada en la Confianza. Capacitadora. Global y coordinada.



Fábula de los ciervos y la sociedad
(por una Persona Sin hogar )

Érase una vez, dos ciervos pobres, muy pobres. Sobrevivían, el uno de la limosna y el otro de la chatarra. Habían descubierto la amistad.
Un día encontraron a otro ciervo pobre y solitario y le invitaron a unirse a ellos. Habían descubierto la fraternidad.
Y así se fueron sumando otro y otro y otro, cada uno con su variopinta ocupación. Habían descubierto la solidaridad.
Un día celebraron una fiesta con sus pobres medios. Habían descubierto la alegría.
Hacían planes, casi siempre utópicos pero habían descubierto la ilusión.
Iban donde querían, sin horarios ni jefes, preparándose para disfrutar del sol y de las estrellas cuando les parecía. Habían descubierto la libertad.
Dormían casi todos al raso, algunos en un ciervoalbergue y pocos, los más afortunados en una ciervopensión. Cada día la tristeza de la soledad les iba abandonando y les invadía una paz que les llenaba de gozo. Habían descubierto la felicidad.

¿Por qué –se preguntaron- ahora que tenemos este saco lleno de valores preciosos, no vamos a ofrecérselos a la sociedad? Parece que les falta alguno, o todos. Así lo hicieron, pero la sociedad les humilló, les insultó y les expulsó. Ellos, felices, volvieron a pasar la noche a sus ciervobancos del parque y a sus ciervocajeros automáticos.
A la mañana siguiente, encontraron que la sociedad estaba arrasada y destrozada por el egoísmo, la envidia, la avaricia y el materialismo. La Bolsa de Valores económicos se había desplo-mado y la bolsa de valores morales había pedido asilo en algún limbo remoto. Entonces, la sociedad acudió a exigir a los ciervos sus preciosos valores. Y los ciervos les cantaron: “si no sabes como salir y la vida te hace añicos, nuestro consejo has de oír: hazte pobre y serás rico”.

Cáritas Diocesana de Zaragoza
Pº Echegaray y Caballero,100. 50001 Zaragoza .
Tel.:976 294 730 . Fax: 976 291 154
acogida.sinhogar@caritas-zaragoza.es


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